Si todos remasen como Banega...

Si todos remasen como Banega...
Banega intenta zafarse de un rival vitoriano. - F. Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 1 min lectura
Pensar en alguien digno de rescatar en el Sevilla tras lo visto ayer en Mendizorroza se antoja un ejercicio harto complicado. Es más, se puede afirmar sin caer en la exageración que ninguno estuvo a la altura del club al que representa ni del valor que se les presupone.

Sencillamente, fue vergonzoso. Pero vergüenza, precisamente, es lo que sí tiene al menos Éver Banega. Ya comienza a cansar que el argentino sea el único que se salve, pero es que no hay más. Algunos de sus compañeros es que ni comparecieron.

Tras el gol del Alavés, los nervionenses bajaron los brazos. Pasaban los minutos sin ninguna ocasión. Pero cuando el partido agonizaba, el rosarino se tiró al suelo en la banda, robó un balón, se fue de varios rivales y provocó la expulsión de Duarte, con la consiguiente falta que casi da el empate. Eso resume el carácter de un jugador que, además de ser el que más calidad tiene de largo, también fue el único que le puso corazón. Si todos remasen igual...
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