En el Sevilla y su entorno pocos tenían dudas. Prácticamente andie. Fuera, en cambio, sí que causó cierta sorpresa, e incluso estupor, que José Castro decidiese
destituir a Eduardo Berizzo, máxime cuando se había operado recientemente, aun siendo el propio técnico argentino el que pidiese
que no se mezclase lo personal con lo deportivo.
El equipo, pese a que los números no eran malos y seguía vivo en las tres competiciones,
desprendía muy malas sensaciones, por físico y juego. Realmente, excepto Ben Yedder, ningún futbolista estaba a su verdadero nivel, algo que está cambiando desde la sorpresiva incorporación de
Vincenzo Montella.
La llegada del parón era un buen un motivo para cambiar de entrenador ya en diciembre, pero
El Confidencial asegura este lunes que había
otro de mucho peso para hacerlo entonces, y no más adelante. Y es que, según el citado medio, existía
una cláusula en el contrato del 'Toto' por la que el Sevilla
evitaba abonarle todo lo firmado -dos temporadas-
al expreparador del Celta
si lo echaba antes de 2018, lo que habría supuesto un importante ahorro en las arcas del club.
Sea como sea, ya antes de la derrota ante la Real Sociedad, la cual activó la maquinaria para reemplazarle, en la planta noble del Sánchez-Pizjuán ya valoraban la posibilidad de despedir a Berizzo.
Fichar para él en enero, cuando ya se había perdido la confianza en su trabajo, carecía de sentido.