Hasta anoche, el partido más exigente que Jesús Navas había jugado como lateral fue ante el Atlético, en los cuartos de la Copa. Como ‘2’ ha mostrado su nivel más alto este curso, pero muchos podrían pensar que su buen nivel como improvisado carrilero era mera casualidad, sólo el consecuente fruto de su sempiterno compromiso y su enorme profesionalidad.
Que intensidad para ayudar en defensa y verticalidad en el despliegue ha tenido siempre. Que no le habían exigido aún y que cuando enfrente tuviese a un extremo ‘top’ se le verían las costuras. Opiniones respetables pero inválidas desde ayer.
Navas se doctoró, se sacó plaza fija firmando un auténtico partidazo ante el club más rico del mundo, un Manchester United que le emparejó con ‘cracks’ como Mata, Alexis Sánchez (boquiabierto cuando el ‘16’ se cruzó como un rayo cuando se disponía a pisar área), Lukaku, Ashley Young, Martial... Lo primero que vio el recién entrado Rashford es como le pasaba el palaciego como una bala. Los 90’ subiendo y bajando. Incansable.
Aitor Torvisco1 min lectura