Son muchos los frentes abiertos. Algunos, muy ilusionantes. Pero no se perciben los mimbres necesarios para batallar al máximo en todos ellos. Con la
Copa aparcada hasta abril y la eliminatoria de
Champions ante el
United muy viva, el
Sevilla de
Montella no encuentra el camino en
LaLiga. Es más, empeora al de
Berizzo. Pero esta es una guerra en la que no está permitido bajar los brazos. De lo contrario, el riesgo sería mayúsculo. Tanto, que habría que jugarse a una carta el billete europeo, en el
Wanda el 21 de abril. Y el rival de ese día cuenta con una baraja llena de ases...
Por ello, el conjunto nervionense necesita reaccionar a la enésima afrenta liguera. Por sí mismo y por una afición que, en un gesto extraño por su elogiada exigencia, no paró de animar mientras los goles del
Atlético iban cayendo y el ridículo se iba agrandando.
Montella y los suyos deben saldar esa deuda. Es el factor sentimental que alimenta a este deporte, que en este caso se ve multiplicado por el respaldo de unos números que obligan a dejarse la piel en
La Rosaleda.
El cuarto puesto, a diez puntos, parece poco menos que una quimera a día de hoy, pero es que la plaza europea también se encuentra seriamente amenazada. Y además, es el eterno rival el que la acecha a sólo tres puntos, con la opción de ponerse por delante esta misma jornada.
Osado
Montella al decir que esta "no es una posibilidad". Pero más que palabras, lo que su equipo necesita son hechos. Y ante un
Málaga que, como siempre, contará con la especial motivación de ese derbi que sólo sienten allí, el italiano debe sacar lo mejor de sus pupilos. Como en la eliminatoria ante el
Atlético o frente a los 'red devils'. Un bloque compacto, solidario y difícil de superar que esta vez sí presentará novedades dentro de ese once tipo que ya acusa el cansancio.
Algunas rotaciones serán obligadas, por las bajas en los laterales del lesionado
Navas y el sancionado Escudero, lo que propiciará la titularidad del criticado
Layún y el esperado debut de
Arana, con la incógnita sobre su estado. Además,
Nolito y
Ben Yedder refrescarán el ataque en busca de esa efectividad que también lastra a los nervionenses y
Pizarro dará descanso a
Nzonzi, todos ellos por delante de
Sandro y
Roque Mesa.
Enfrente estará el colista. Un
Málaga que no gana en Liga desde el 10 de diciembre y que no conoce la victoria con
José González, aunque suele vender cara su derrota. Con
En-Nesyri, perdonado por Competición, y sin
Adrián o
Recio, en cualquier caso, debe ser un rival propicio para lamer las heridas. Un antídoto con el que curar el veneno de la enésima manita.