Llegado a su fin el mercado de invierno, la dirección deportiva sevillista ya trabaja en la planificación del próximo curso y, por tanto, en la renovación de varios miembros del plantel sevillista. Una labor que Óscar Arias y su cuerpo de trabajo quieren abordar sin prisa, pero también sin pausa, intentando evitar la tradicional cola de agentes llamando a la puerta que es costumbre en estos tiempos.
Pese a ello, en Nervión tienen destacada en la agenda la continuidad de dos nombres propios dentro del vestuario sevillista, Clément Lenglet y Pablo Sarabia; dos futbolistas que, según ha podido conocer ESTADIO Deportivo, consideran en la entidad un “ejemplo” tanto dentro como fuera del terreno de juego, algo que hoy día, en la vorágine que envuelve al mundo del fútbol, es mirado con lupa por las direcciones deportivas de los grandes clubes. Es decir, un “espejo” para el resto del vestuario, en el que, según aseguran a este diario, brilla el factor humano.
Una faceta tenida muy en cuenta por el club, sin obviar, lógicamente, lo que se cuece sobre el terreno de juego, que, al fin y al cabo, es lo que manda en el deporte. Una labor en la que el joven Lenglet (22 años), con contrato en vigor hasta 2021, ha crecido a pasos agigantados en los últimos meses, habiendo despertado anteriormente ya la atención de grandes clubes de Europa, como la Juventus -antes de decantarse por el Sevilla visitó, incluso, las instalaciones del conjunto italiano en su deseo de convencerlo para que se enrolara en sus filas- o el Barcelona, muy acostumbrado a pescar en Nervión a cambio de la cláusula de rescisión; unos 30 millones de euros que, hoy por hoy, vista la progresión del futbolista y la inflación del mercado, se antojan asequibles para cualquiera de los gigantes de Europa, por lo que el Sevilla trabaja ya en blindar al prometedor central francés.
Similar es el caso del ex del Getafe, un Pablo Sarabia que acaba contrato en 2020 y que arribó hace dos temporadas a Nervión a cambio de 400.000 euros, siendo su cláusula, por tanto, sólo de 18 millones. Una hipotética salida que, en cualquier caso, sería íntegramente un beneficio económico para las arcas de Nervión, pero que pretenden dificultar todavía más desde la dirección deportiva sevillista, amén de adecuar la ficha del futbolista a un escalón mayor y más acorde a su rendimiento deportivo a lo largo de esta temporada y media que lleva como blanquirrojo. Los contactos se vienen produciendo desde el pasado mes de enero, como ya informó puntualmente este periódico, aprovechando el club el hecho de que Sarabia comparta agente con Sandro, quien arribó en el mercado invernal.
Alejandro Sáez3 min lectura