Nunca ha ocultado
Vincenzo Montella su admiración por
José Mourinho. Su paso por el
Inter, con el que consiguió una
Champions en pleno reinado del
Barcelona de
Guardiola, marcó al entrenador napolitano, que reconoce sobre todo la capacidad de '
The Special One' para entrar en la mente de sus futbolistas y conseguir lo mejor de ellos.
Para el '
Aeroplanino', derrotar al luso -dos
Champions en su carrera- era una motivación especial y lo cierto es que le ha dado un repaso en los 180 minutos de eliminatoria. El italiano le ha superado incluso en sala de prensa, lugar donde
Guardiola dijo que
Mourinho se sentía "el puto amo".
Montella supo esconder sus cartas con el lateral derecho e hizo creer a todo el mundo que saldría con
Escudero cambiado de banda. Luego acertó con sus planteamientos y con los cambios.
Mientras
Mourinho únicamente se preocupó, tanto en la ida como en la vuelta, de frenar a
Banega,
Montella encontró soluciones para encontrar resquicios en el entramado defensivo británico. En
Old Trafford ayudó mucho
Nzonzi, que asumió galones en la construcción para elevar el juego nervionense. También Franco Vázquez, quien despacito, pasito a pasito, fue el que más kilómetros hizo del Sevillla. Además, el once sevillista elevó al máximo la concentración para evitar errores que pusieron cuesta arriba partidos como el de
Liga contra el
Atlético de Madrid o el más reciente contra el
Valencia.
La prensa británica ha sido muy crítica con el "miserable", "rácano" y "deprimente" planteamiento de
Mourinho, que también en casa dejó la iniciativa al Sevilla, que tuvo muy claro qué hacer con la pelota, mientras que los '
Red Devils' se limitaban a buscar el juego directo hacia
Lukaku. La entrada de Fellaini en la segunda línea ya daba la idea de lo que buscaría el luso, que dejó a futbolistas como
Mata -el pegamento del equipo en palabras de
Neville- en el banquillo.
En
Old Trafford el Sevilla disparó 22 ocasiones sobre la meta de
De Gea -el que más en
Old Trafford en los últimos siete años apuntaba ayer Lineker en BT Sport-. En el
Sánchez Pizjuán otras 25. Más allá de que la estadística de que para hacer dos goles el
Sevilla ha necesitado
47 disparos, el dato habla de la consigna de acabar jugadas ante un equipo que vive del contragolpe y del error ajeno.
De Gea había salvado al
United en
Sevilla, pero
Ben Yedder fue la criptonita de
Montella para el Superportero. Su doblete ha entrado en la centenaria historia de un
Sevilla que ahora quiere más.