Al margen de las sensaciones, siempre sujetas a la subjetividad, sus registros descubren la debacle liguera de un Sevilla a un abismo de las expectativas y que, a estas alturas, se aferra a la esperanza de la
Copa del Rey y, al menos, de terminar en puesto de
Europa League, para nada asegurado a día de hoy.
Entre las deficiencias que le han arrastrado a esta situación, destaca que no domina ninguna de las áreas, carente de efectividad arriba y frágil en la suya, lo que se evidencia en un paupérrimo 'goal average' con guarismos negativos, impropio de un aspirante a
Europa. De hecho, los blanquirrojos han marcado 41 tantos y encajado 52, lo que supone un pésimo balance de -11, números rojos que no se producían tras 32 jornadas desde la 99/00 (-16). Es la primera vez en el siglo XXI que registran un saldo en negativo en este tramo de la competición, siendo el precedente más aproximado el 0 de la 02/03 con 29 en ambos casilleros. Dicha descompensación es culpa de su incapacidad en ambas áreas, si bien se antojan más flagrante sus guarismos defensivos, con un total de 52 tantos encajados en 32 jornadas, lo que le convierte en el cuarto conjunto más goleado de
LaLiga, por detrás de
Deportivo (65),
Las Palmas (64) y
Betis (53), si bien el eterno rival lo compensa con su acierto arriba y últimamente ha minimizado la hemorragia.
Para hallar un registro en contra peor que el actual hay que remontarse más de 20 años atrás, a la 96/97, cuando descendió y en la jornada 32 había recibido 56 tantos, mientras que en la 99/00 llevaba los mismos. Esto quiere decir que este
Sevilla se erige en el más goleado de este siglo, lo que refleja las dimensiones de un agujero por el que se ha escapado la cuarta plaza y al que se asoman sus opciones de
Europa si no mejora o zanja la cuestión en la final de la
Copa del Rey, en la que tendrá que erradicar este déficit.
Álvaro Palomo3 min lectura