Deportivo 0-0 Sevilla F.C.: La salvación copera exige una catarsis

Deportivo 0-0 Sevilla F.C.: La salvación copera exige una catarsis
Guilherme y Banega pugnan por el balón durante un lance del partido. - Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 7 min lectura
La final del sábado se presenta como un oasis en un desierto de sinsabores y frustración por la fuerza con la que el viento sopla en contra del Sevilla, por deméritos propios y una inercia negativa que ha convertido en espejismo cualquier atisbo de reacción. Se trata de una posibilidad única de salvar una temporada aciaga en Liga, un calvario prolongado ayer en Riazor en otra exhibición de desacierto en los últimos metros, de ausencia de maldad para otorgar sentido a un juego que recibiría elogios si se culminara en el área o ofreciera una mayor consistencia cuando el premio se resiste. El Sevilla perdonó y al final fue indultado por un Deportivo igual de romo arriba y frenado al final por David Soria.

La cita copera calmaría tanta sed (suma siete partidos sin ganar), pero se precisa una versión muy distinta, la mejor de sus hombres decisivos, y una noche tan inspirada como para rescatar las intenciones de ayer y desterrar la ejecución, pues el Barça no resultará tan clemente.

Así, las rotaciones anunciadas por Montella no resultaron tan radicales como se esperaban, porque aunque introdujo novedades reseñables, como la presencia de Geis en el doble pivote junto a Pizarro, o la del canterano Carlos Fernández en punta, se aferró a varios de sus baluartes, casos de Mercado, Jesús Navas, Banega y Correa, que descansó ante el Villarreal.

Además, prolongó su confianza en Sandro, de inicio en el lugar de Sarabia, y, al igual que contra el Celta, apostó por Carriço en el centro de la zaga. Fuera de la lista se quedaron pilares como Nzonzi o el 'Mudo', lo que propició un centro del campo con Geis un paso por detrás de Pizarro y Banega, responsable de enlazar con Sandro o Correa, que partían desde los costados para atacar los espacios entre líneas y abrir el carril para las subidas de Navas y Layún, prácticamente instalados arriba ante la propuesta rival. Porque el Deportivo, lejos de una salida intensa, cedió el balón a los nervionenses a la espera de una salida rápida, con el consecuente control del Sevilla, siempre con la intención de verticalizar el juego y de ensanchar el campo.

Así, no dudó en probar fortuna en cuanto se acercaba al área, con disparos de Layún y Sandro que malogró Rubén, protagonista más adelante con una intervención determinante a remate en el segundo palo de Pizarro en un balón colgado botado por el guante de Geis, muy preciso. Antes, Carlos Fernández culminó fuera un pase atrás de un Sandro eléctrico. Respondía el Depor a la espalda de los nervionenses, espesos en el repliegue, con acciones veloces y un cabezazo de Adrián palmeado por Soria. Pasada la media hora, la esperada mayor intensidad gallega volcó el campo hacia la meta de Soria pero el Sevilla reaccionó y hasta el descanso gozó de dos llegadas claras, la primera de Banega con un lanzamiento fuera en posición franca y la segunda, en un hábil movimiento de Carlos Fernández cuyo disparo lo salvó Rubén.

Como siempre, los de Montella carecían de pegada en los últimos metros para concretar en ventaja sus merecimientos. Como en Balaídos y en tantos otros estadios, si bien ayer, al menos, alcanzó el descanso con su portería a cero, lo que podría haber cambiado a pocos segundos de la reanudación si Mosquera si hubiera afinado su remate en el punto de penalti. La segundo parte arrancó sin transiciones en el centro del campo, con alternativas y más oportunidades para la colección nervionense, en las botas de Correa, impreciso en el área, y de Sandro, otra vez frenado por Rubén.

El Sevilla circulaba con sentido, con apoyos y aperturas a la banda, con tanta sensación de superioridad como de que el Depor podría castigar la ausencia de consistencia sin balón. De hecho, después de que Banega desperdiciara otro acercamiento con peligro tras servicio atrás de Sarabia, Adrián se plantó solo ante Soria, rápido para arrebatársela, y en el rechace Mosquera marró sin portero. Reinaba la ansiedad en un ida y vuelta en el que los hispalenses perdieron profundidad con la salida de Sandro y el Depor se creció hasta el punto de que perdonó al final con tres acciones mal resueltas por Lucas Pérez y un remate al poste de Borges.

Fallos comprensibles en un equipo en zona de descenso pero imperdonables para un Sevilla que llega a la final del sábado con sensaciones negativas. Por su alarmante ausencia de pegada y una solidez demasiado cuestionada por los gallegos en vísperas de medirse con Messi, lo que exige una transformación catártica modelada por la motivación especial de conquistar otro título y el historial nervionense de hazañas históricas.


- Ficha técnica:

Deportivo: Rubén Martínez; Juanfran, Albentosa, Schär, Luisinho; Borges, Guilherme (Bakkali, min.80), Mosquera (Fede Valverde, min.83); Krohn-Dehli (Çolak, min.36), Adrián López; y Lucas Pérez.

Sevilla: David Soria; Navas, Mercado, Carriço, Layún; Geis, Pizarro; Sandro (Muriel, min.76), Banega, Correa (Sarabia, min.57); y Carlos Fernández (Nolito, min.68).

Árbitro: Medié Jiménez, del colegio catalán. Mostró amarilla a Banega (min.11) y Layún (min.74), del Sevilla.

Incidencias: Partido de la trigésimo tercera jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Abanca-Riazor ante 24.652 espectadores.
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