A veces, lo que parece un movimiento a la desesperada, recurriendo al técnico del filial de forma interina para ganar tiempo, acaba siendo la decisión acertada. Suerte para el Levante que en el filial estaba Paco López, un técnico de prestigio en la Comunidad Valenciana y con experiencia sobrada en equipos de Segunda B y Tercera (Catarroja, Benidorm, Alcoyano, Cartagena) antes de dar el salto a los escalafones inferiores de Valencia y Villarreal.
El de Silla, que ha realizado una gran labor psicológica con la plantilla, tenía la complicada misión de relevar a Juan Ramón López Muñiz, responsable del ascenso y de la imposición de un estilo que se pretendía duradero. Por esa misma razón, la directiva granota lo aguantó en su cargo más allá de lo habitual (y puede que lo recomendable). Cinco triunfos, un empate y una sola derrota en siete partidos han catapultado al Levante hacia la permanencia, conseguida de forma virtual a falta de cuatro jornadas, aunque el equipo azulgrana tratará de refrendarlo matemáticamente esta noche ante su gente.
Lo hará, previsiblemente, con el dibujo 1-4-4-2 preferido por López, que suele utilizar la variante 1-4-2-3-1 durante los partidos. Con todo, el preparador valenciano pide a sus extremos que se muevan por dentro para generar superioridad en la parcela de creación y dejar los carriles para la subida de los laterales, pues la profundidad es vital en el nuevo sistema de un equipo que, tras pulsar la tecla adecuada, seguirá en Primera.