Se esperaban novedades en el once del Sevilla ante el Alavés, porque el objetivo ya estaba cumplido y los internacionales tampoco querían arriesgar de manera innecesaria su participación en Rusia 2018, si bien a todo el mundo le cogió por sorpresa
la decisión de Joaquín Caparrós para el lateral izquierdo, donde no iba a poder estar
Sergio Escudero.
Realmente, se daba por supuesto que jugaría de inicio
Guilherme Arana, una de las grandes apuestas de Óscar Arias, hasta que el club desveló la alineación oficial, sin el brasileño y con cuatro mediapuntas. Descartando la defensa de tres, sólo quedaba esperar que
Pablo Sarabia, como ya había hecho con Jorge Sampaoli, actuase pegado a la cal. Y así fue. El madrieleño, por otra parte, completó un excelente partido.
Pero ¿qué ocurre? ¿Acaso a Caparrós no le convence Arana? Según
Muchodeporte, no tiene nada que ver. El ex del Cortinthians no jugó por un motivo de peso. O, más bien,
de sobrepeso, dado que
le sobran hasta tres kilos, en estos momentos.
Arana aterrizó en San Pablo tras acabar el Brasileirao y disfrutar de
un mes de vacaciones en el que apenas se entrenó (a veces, lo hizo subiendo y bajando la cuesta del garaje de su casa). El Sevilla se despreocupó (debió ponerle un preparador físico particular, dado que la temporada estaba empezada) y el lateral se presentço muy fuera de forma. Montella, que anunció que
iba a tener que ejercitarse "40 días" para ponerse en forma, apenas le dio bola y el considerado mejor lateral zurdo de su país en 2017 acabó por desconectarse.
Las esperanzas en Arana son muchas, porque el chaval tiene talento para atacar y había progresado mucho en lo defensivo, pero tendrá que ponerse las pilas, sí o sí.