Las cláusulas, un problema doble en el Sevilla

Las cláusulas, un problema doble en el Sevilla
Las cláusulas de rescisión de Éver Banega y Clément Lenglet han quedado desfasadas. - A. Sáez
Alejandro SáezAlejandro Sáez 3 min lectura
La inflación que vive el mercado de fichajes desde que el pasado verano se marchara Neymar al París Saint-Germain es uno de los grandes problemas con los que ha tenido que lidiar un novato Joaquín Caparrós durante sus primeras semanas al frente de la parcela deportiva sevillista. Y no sólo por lo que a los refuerzos se refiere, pues el utrerano ya ha comprendido que hoy por hoy te piden 15-20 millones de euros por cualquier central joven que empiece a destacar y que es totalmente imposible hacer movimientos similares a los que realizó el Sevilla 13/14, que incorporó a Bacca y Gameiro (116 goles como sevillistas entre los dos) por un total de 15 millones de euros.

Eso ha pasado a mejor vida, al igual que el tradicional concepto de cláusula de rescisión en Nervión, donde el nuevo rector deportivo se ha encontrado que son totalmente añejas y que más que una fórmula de blindaje son, a los niveles que se mueve hoy el mercado, una invitación a llenar la cesta de la compra en el Sánchez-Pizjuán. Y como ejemplos, muchos: los 35 millones de euros de Lenglet (se pagó por él 4,5 kilos hace año y medio), los 20 kilos de Banega (volvió a cambio de 7,5 millones y cobrando bastante menos que en el Inter) o los 18 de Sarabia (se pagó 400.000 euros al Getafe y su ficha no es de las más altas)... Pura calderilla en un mercado loco en el que el West Ham, sin ir más lejos, ha abonado 25 kilos por el central franco-senegalés Issa Diop, pretendido por los de Nervión.

Caparrós, lógicamente, ha detectado el fallo y trabaja ya en solucionarlo, pero no resulta sencillo, pues el problema tiene su miga y se antoja doble. Lógicamente, el club no puede ponerle al futbolista la cláusula que le plazca, yendo en concordancia ésta con sus fichas. Por lo que subir las cláusulas de las grandes estrellas sevillistas implicará, también, subir los diferentes escalones salariales y el tope da la entidad.

Es decir, un gasto considerable en la tesorería sevillista, donde las fichas de un millón neto tan habituales a lo largo de estos años pasarían a mejor vida. Toca ponerse a hacer números si quiere retener a sus estrellas.
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