Sevilla F.C.-F.C. Barcelona: A 15 kilómetros del circo o el purgatorio

Sevilla F.C.-F.C. Barcelona: A 15 kilómetros del circo o el purgatorio
- Alejandro Sáez
Alejandro SáezAlejandro Sáez 5 min lectura
El Sevilla de Pablo Machín y Joaquín Caparrós, aún en construcción, pone hoy rumbo a Tánger en un viaje con sentido inverso al que cada verano toman cientos de migrantes, cruzando los 15 kilómetros (14,4 km en su punto más estrecho) de un Estrecho de Gibraltar que separan las miserias de su vida en África con los sueños de una nueva, y mejor, historia en Europa. Una fiesta preparada para y por el Barcelona que, envuelta bajo el brillante papel de regalo de poder disputar una nueva final, lleva a los de Nervión como subcampeones de Copa hacia el estadio Ibn Battouta de Tánger (Marruecos) como un auténtico convidado de piedra, gracias a la Real Federación Española de Fútbol, dirigida por Luis Rubiales.

Un actor secundario con piel de bufón al que en Cataluña le han colocado de antemano la nariz de payaso, a la espera de que Machín sea capaz de quitarle el disfraz a los suyos y, en un alarde de pundonor, plantarle cara sobre el campo a un FC Barcelona que, con la ayuda de Rubiales, disfrutará del calor de la grada a su favor, repleta de marroquíes con camisetas falsas de Messi y ávidos de fútbol de primer nivel.

Una Supercopa de España que, por las exigencias del calendario culé y sus bolos en Estados Unidos (como si el Sevilla no tuviera que jugar tres rondas previas de la Europa League), se jugará por primera vez a partido único y en el extranjero, siendo también el primer encuentro oficial del fútbol español en el que se utilizará el VAR. Una serie de peculiaridades a la que ayer, justo 24 horas del partido, se sumó un comunicado de la RFEF anunciando que no habrá límite de extracomunitarios, allanando de esta forma el pedregoso camino de un Barcelona que, al contar con Arturo Vidal, Arthur y Malcom, se había visto obligado a nacionalizar de manera exprés al brasileño Coutinho, gracias al pasaporte luso de su mujer. Valverde, por tanto, ya no debe tener a miedo a posibles flecos sueltos en la apresurada nacionalización: Rubiales le brinda una barra libre.

El Sevilla, por tanto, saltará al circo marroquí con la intención de purgar sus errores del pasado y ante el Barcelona, el mismo rival que meses atrás lo desintegró en la final de Copa tanto en lo deportivo como en lo institucional, dar un golpe sobre la mesa y demostrar que el primer proyecto de Caparrós va en serio. Con Vaclik en la portería, ante la huida de Rico a la Premier, tampoco se esperan demasiadas sorpresas en el once de Machín, quien el pasado jueves reservó a muchos de sus pupilos frente al Zalgiris.

En la línea de tres centrales, el danés Kjaer, que llega sin minutos de juego como sevillista este verano, acompañará en principio a Mercado y Sergi Gómez, una vez que Gnagnon jugara frente a los lituanos. Los carriles, para Jesús Navas y Escudero, auspiciando Roque Mesa (Nzonzi apenas suma entrenamientos) a Banega en la sala de máquinas.

Menos claro está el acompañante de Pablo Sarabia en la media punta, optando a ello el 'Mudo' Vázquez, Nolito, Muriel, Pejiño e, incluso, Aleix Vidal, a quien el técnico soriano también lo ve ahí. Arriba, Ben Yedder, al ser demasiado precipitada la participación del portugués André Silva, quien arribó en el día de ayer a la capital hispalense como el '9' de referencia que solicita Machín.

Con la baja de Sergi Roberto por sanción, Valverde, por su parte, acompañará a Messi de un once en el que mezclará a algunos internacionales poco rodados con los hombres que más minutos acumularon en la pretemporada azulgrana.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram