Juande Ramos y Joaquín
Caparrós, que llegarían gratis al
Sánchez Pizjuán en verano al terminar contrato con sus actuales clubes, comparten trayectorias exitosas al frente del
Sevilla, porque el utrerano lo llevó desde Segunda a Europa y construyó la base del equipo que luego el pedroteño conduciría a la gloria, con la consecución de cinco títulos. Por lo demás, son técnicos muy distintos, con filosofías de juego y tratamiento de la cantera diferentes. El de Utrera es sevillista, conoce la casa y se marchó porque cumplió una etapa en Nervión, mientras que Juande dejó el regusto amargo de abandonar al equipo en plena competición para irse al Tottenham, si bien los sevillistas añoran el fútbol que practicaba su Sevilla, alegre, ofensivo y, en ocasiones, arrollador.
JUANDE RAMOSSu estilo, principal aval: El sevillista quedó enamorado de la pizarra del pedroteño, con el que desplegó un fútbol ofensivo y vertical, y de su gestión de la plantilla; sus cambios ganaban partidos.
Con su adiós en contra: Parte de la afición no le perdona la forma de salir del Sevilla, en plena temporada 07/08, poco después de la fallecimiento de Puerta, para irse al Tottenham.
Abonado a la zona alta: Para recalar en el Sevilla tendría que bajarse el salario que percibe en el Dnipro; está acostumbrado a jugar en Europa y a dirigir equipos que han peleado en la parte alta de la clasificación.
JOAQUÍN CAPARRÓSLa garra por bandera: Sabe imprimir como nadie a sus equipos intensidad y espíritu guerrero, y exprime al máximo sus recursos; su gusto por el fútbol directo, lo que menos atrae en Nervión.
Nervionense y querido: Sevillista confeso, salió del club porque se había cumplido un ciclo, pero siempre ha sido muy querido por la afición; defensor de la cantera, sacó a muchos futbolistas.
Asequible para las arcas: Aunque su caché no es bajo, entra dentro de las posibilidades sevillistas y está por debajo del perfil económico de Juande. Sus últimas experiencias, alejadas de las aspiraciones sevillistas.
Álvaro Palomo3 min lectura