El primer día de mayo trae consigo la llegada de
Eduardo Macià al
Betis. Ya en Sevilla, el valenciano toma hoy posesión del cargo de director deportivo heliopolitano, rol al que se incorpora en un plácido contexto deportivo y con el ansiado ascenso en puertas, pero con su libreta repleta de deberes.
En primer lugar, tras conocer a su nuevo equipo de trabajo y asentar el organigrama y los departamentos, será informado de las gestiones que han centrado toda la atención de
Alexis Trujillo en las últimas semanas: la ya encarrilada renovación de
Dani Ceballos, por quien siguen interesándose equipos de elite; el último de ellos, el
Real Madrid. Es decir que la continuidad de la nueva perla verdiblanca no debe llevarle mucho tiempo al nuevo directivo, por lo que lo normal es que no encuentre muchos obstáculos para comenzar desde ya a planificar la plantilla de la próxima temporada. Y es que nadie termina contrato en
2016, por lo que no debe abordar más renovaciones.
Una vez definidas las necesidades primordiales y los puestos que urgen reforzar, antes de nada le llegan tres ‘fichajes forzosos’. Subir a
Primera obligará a
Macià a sacar de la caja unos cinco kilos, los que deberá gastarse en la forzosa continuidad de
Francisco Portillo y de
Foued Kadir, cuyas compras obligatorias están cifradas en
1,5 millones, cada uno. Además, el regreso a la máxima categoría nacional aumenta los costes del fichaje de
Alfred N’Diaye, lo que hace ascender hasta los 1,8 kilos el montante que el club aún adeuda al
Sunderland, de los poco más de dos millones en los que se cerró la operación el pasado verano.
Mención aparte merece el caso de
Cristiano Piccini, cuya cesión desde la
Fiorentina no contemplaba opción de compra. No obstante, con
Alexis Trujillo como principal valedor y
Eduardo Macià trabajando ya para el
Betis, el diálogo entre las dos partes y con los ‘viola’ estaría asegurado. En el club de la Toscana no tendría sitio, mientras que en el conjunto de
Heliópolis podría terminar de consolidar su crecimiento en la elite.
El problema es que el carrilero diestro ha disputado únicamente ocho partidos de
Liga y tres de
Copa del Rey, y no ha podido encadenar tres partidos seguidos en la misma competición por culpa de las constantes lesiones. Un pobre bagaje que complica su continuidad, relativamente sencilla si hubiese tenido algo más de participación. Porque, tal y como aseguraron fuentes verdiblancas a este periódico, no habría demasiados problemas para prolongar el préstamo de
Piccini, pero lo cierto es que depende únicamente del sub 21 italiano, quien ya está recuperado y afrontará este tramo final como un examen.
Aumentos de sueldoNo obstante, los fichajes definitivos de
Portillo y
Kadir, el sobrecoste de
N’Diaye y una hipotética continuidad de
Piccini no serán los únicos gastos con los debe contar
Macià antes de enfrascarse con los nuevos refuerzos. Cabe recordar que el descenso supuso una consecuente reducción de sueldos para adaptarse a la realidad económica de la entidad en Segunda división y ahora, todos los supervivientes (excepto
Jordi Figueras y
Rubén Castro, que negociaron sus situaciones individualmente) deberán ver aumentados sus emolumentos entre un
40 y 50 por ciento para volver a adecuar sus contratos a lo pactado cuando el
Betis estaba en
Primera.