Opinión

La venda del fanatismo

Álvaro PalomoÁlvaro Palomo
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La venda del fanatismo
Me desagradan los gurús que se creen en permanente posesión de la verdad y censuran continuamente el trabajo de compañeros de profesión, aquellos que debieron inventar el periodismo en secreto y que ahora trazan los límites de lo ético con una prepotencia y una demagogia al nivel de su propio desconocimiento e intolerancia.

Detesto a estos personajes que menosprecian el trabajo ajeno y se permiten el lujo de ofrecer lecciones constantes que rezuman una vanidad reflejo de un mundillo en el que el ego se sitúa un escalón por encima de la información. La humildad es tan excepción como una objetividad a los pies del espectáculo y de la venda de un fanatismo cada vez menos disimulado.

No comparto este modo de periodismo de bufanda, pero tampoco soy nadie para cuestionarlo y, mucho menos, para condenarlo, porque, al fin y al cabo, se trata de un producto que se consume.

No por ello me dejan de anonadar campañas como la lanzada desde Madrid tras el empate en el Vicente Calderón, denunciando con las manos en la cabeza pérdidas de tiempo y la actitud defensiva del Sevilla.

De repente se ha olvidado la trayectoria del Atlético, su condición de valladar del juego al límite y de maestro en estas lides. De repente pintan una realidad alternativa que mejor digerirla como chiste que como insulto, porque si los tomamos demasiado en serio habrán conseguido lo que buscan...
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