Para terminar, más impulsos

Álvaro PalomoÁlvaro Palomo
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Para terminar, más impulsos
- Álvaro Palomo
En un encuentro de esta índole, completamente intrascendente y con los futbolistas con las chanclas calzadas, apenas cabe un análisis particular y pormenorizado por la escasa intensidad e intención proyectada sobre el césped. No obstante, sí sirve para resumir la temporada de un Betis que en demasiados partidos se ha expresado con similar indolencia a la de ayer y ha dependido casi exclusivamente de sus contadas individualidades, especialmente Ceballos, ayer de nuevo con galones a pesar de la naturaleza del choque.

El utrerano ha sido casi la única luz de este Betis, sólo amparado en ocasiones por el apoyo de las bandas, otra vez la principal vía de peligro pero también el punto débil en defensa. Y es que, como en el resto del curso, el Betis sufrió demasiado en la retaguardia ante un equipo extremadamente limitado como el Sporting, sobre todo por los laterales. Un déficit agravado en los primeros 20 minutos por la fragilidad de un sistema de contención que robó muy pocos balones y permitió la cómoda circulación del Sporting. Casi nadie metía el pie, ya fuera por precaución de cara al mercado o por simple desgana por la ausencia de alicientes en El Molinón. Tras el fallo de Cuéllar en el 1-1, el Betis dispuso más del esférico, siempre a expensas de que se le ocurriera a Ceballos, y con la aparición estelar del que este curso ha sido sacrificado más de lo deseable a pesar de ser el 'pichichi' bético. Rubén Castro, como es habitual con protagonismo, rescató al Betis con un gol de ´pillo´ primero y de 'killer' después. Impulsos individuales emborronado por el enésimo despiste en la trasera como reflejo de la urgente reestructuración desde atrás.
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