La Juve, el ogro que fue corderito

Antonio José MedinaAntonio José Medina
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La Juve, el ogro que fue corderito
- Antonio Medina
Cardiff y la final de la Champions lo acaparan hoy todo. Ni Berizzo, ni Valverde, ni la sanción al Atlético... nada de lo que ocurra lejos de la capital galesa parece tener importancia para nuestros medios nacionales. Allí, el Madrid quiere agrandar su historia con la Duodécima Copa de Europa. Los Ronaldo, Benzema, Isco, Bale, Modric, Kroos... 'sólo' tienen como rival a una Juventus que se recrea como un muro inexpugnable, un equipo compacto al que es difícil de batir y mucho más de dominar, un enemigo que sólo ha encajado dos goles en toda la competición -aparte del que marcó el Mónaco con todo resuelto- y que tiene a jugadores en estado de gracia como Daniel Alves, puñales como Gonzalo Higuaín y Dybala... Vamos, que para proclamarse hoy de nuevo campeón, los de Zidane tienen que apelar a la épica o a algo más poderoso.

Pero esa es la misma Juventus que vino por el Sánchez Pizjuán y que pasó como primera del grupo del Sevilla F.C. porque un árbitro, el británico Mark Clattenburg, quiso. El mismo equipo que tuvieron a merced los de Sampaoli durante 45 minutos, al que los nervionenses marcaron uno de esos dos goles 'reales' que la 'Vecchia Signora' encajó en toda la Champions y a los que sólo una expulsión rigurosa y un penalti inexistente salvó. Aquel Sevilla enamoraba y, como se ha visto con el devenir de la temporada, estaba a la altura de los mejores de Europa. Qué lastima que luego se diluyera y aquello haya quedado en el olvido.
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