Entrevista ED (Completa) al mediocentro bético

Matilla: "Soy feliz por fin y deseo quedarme mucho tiempo"

Matilla: "Soy feliz por fin y deseo quedarme mucho tiempo"
Matilla está implicado al cien por cien con la entidad heliopolitana. - Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 11 min lectura
- No hay tiempo para lamentaciones tras la derrota en Bilbao, donde dio la impresión de que el Betis fue a remolque. Puntuar habría sido milagroso...
- La verdad es que sí. El Athletic, en su campo, siempre impone un ritmo muy alto. Nosotros creo que estuvimos un pasito por detrás, también en intensidad. Ellos propusieron más en la primera parte, gozaron de más ocasiones y llevaron el dominio. Durante otros partidos, el Betis fue el que mandó y se adelantaba el rival o, incluso, nos terminaba ganando, como ocurrió ante el Celta, cuando merecimos vencer. En el momento en que nos ponemos 0-1, debió acabar el partido. Hay que ser más pillos, más listos, para que nos remonten esos encuentros. Pero de todo se aprende, sobre todo de los errores. Tenemos que pasar página y reconocer que en San Mamés tampoco hicimos grandes cosas. Merecimos poco. Además, el resultado es el que es y no se puede cambiar. Por suerte, no hay muchos días para pensar en ello.


- Fue uno de esos partidos que el Betis ganaba el curso pasado, cuando tiró de efectividad muchos días. Pero, entonces, estaba el oportunista por excelencia de la plantilla.
- Es obvio que la de Rubén es una baja importantísima para nosotros. Desde que empezó la temporada, nunca ha podido estar al cien por cien, que es un nivel muy alto. En un equipo como éste, se le echa especialmente de menos. En cualquier caso, todos los partidos no se pueden dominar. No siempre podemos ser los protagonistas. Hay veces en que el rival está mejor y lleva un ritmo más alto, por lo quetoca encerrarse más, dejar la portería a cero y conseguir que no te hagan muchas ocasiones, intentando que las pocas que tengas sean aprovechadas. Creo que se están haciendo bien las cosas. Molina, que es nuestra referencia ahora en lo que a minutos se refiere, volvió a meter el jueves. Está acertado. Entre él y los demás aportarán mucho hasta que vuelva Rubén. Esperemos que, en partidos como el del Athletic, sigan estando atinados.


- ¿Cómo está Rubén?
- Lo peor del fútbol son las lesiones. Es normal que esté preocupado, porque, encima, es una dolencia un poco compleja, nada convencional. Al principio, no sabían lo que era, pero ya se están buscando soluciones. Esperemos que se recupere pronto. Lo primero, por su estado de ánimo, aunque también por el equipo, ya que vamos a notar seguro para bien su regreso. Ojalá esté pronto con nosotros.

- Lo último de la jornada intersemanal: se quejan de sendas faltas en los goles del Athletic.
- No queremos que parezca una excusa. Son cosas que pasan en el campo y no hay que tener miedo a hablarlas. Los futbolistas cometemos errores, y los árbitros, que desempeñan un trabajo complicado, también los tienen. El jueves, todos estamos de acuerdo en que toman dos decisiones que nos perjudican gravemente, como corroboran los propios afectados. En el 1-1, le meten la pierna por detrás a Paulao cuando intenta despejar. En el 2-1 es todavía más claro: un jugador (Laporte) empuja a Sara donde al portero no se le puede tocar. Pero, al fin y al cabo, es la historia del fútbol. Ya no se puede rebobinar, pero, igual que los jugadores tratamos de corregir día a día nuestros fallos, los árbitros deberían hacerlo también para que el fútbol español mejore en todos los aspectos. Pasamos página, ya que eso no quita que el Athletic ganara porque fue mejor y se lo mereció.


- ¿Qué tecla tocó Matilla para que se produzca un cambio tan radical en su rendimiento?
- La tecla estaba en la parte mental y psicológica, pero también en el arranque del curso. La pretemporada es fundamental y, en mi primer año, no pude hacerla al completo, con lo que disminuye la confianza y el ritmo con el que empiezas. No es lo mismo estar al nivel de los compañeros que tener que adaptarte, por lo que mi rendimiento en los entrenamientos era menor. El míster lo veía, así que es normal que confiara en quienes estaban mejor. Entiendo que Mel no confiara en mí como ahora, cuando he completado todos los entrenamientos desde el verano. Eso te da una confianza que crece partido a partido, loque hace que tú mismo creas más en tus posibilidades.


- ¿Dónde había escondido al Matilla leñero y defensivo?
- (Risas) Los futbolistas no tenemos escritas todas nuestras cualidades. Depende del momento, de la actitud, de las ganas, de la ilusión. El ritmo que cogí en el Murcia, cuando jugué todo el año de titular, me sirvió de inercia para esta temporada. Estoy más ágil, más fuerte y con más interés si cabe. Creo que la capacidad de distribución y la calidad no las he perdido, aunque ha aflorado esa pelea, ese punto de velocidad para llegar a la presión. Me gusta ayudar al equipo a robar el balón, que es una parte fundamental del trabajo. El míster nos propone la idea de apretar muy arriba, y eso tenemos que hacerlo los once para que surta efecto. Si no, se hace muy complicado. Ahí, estoy implicado a muerte. Esa parte del trabajo depende de la actitud, de las ganas, de la ilusión de uno mismo. Todos estamos aptos para esa función desde el plano físico. Lo de la calidad ya va en cada persona. A mi juego le ha venido muy bien que complemente ambos estilos, porque me hace ser un futbolista más completo y polivalente. Me lo metí en la cabeza desde el principio y, de momento, está saliendo bien.


- ¿Es sólo mentalización o se ha preparado de forma distinta?
- Cada equipo y cada entrenador son mundos diferentes. En Murcia tuve un rol más ofensivo, pero tenía claro al volver al Betis que mi posición natural es la de ahora, la de siempre. La extraña o la nueva era la del Murcia. Siempre he sido mediocentro. Ahí me siento muy cómodo. No he tenido que cambiar nada en especial en mi preparación física. Depende más de la confianza que te dé el míster y del empeño que tú le pongas. Siempre he hecho hincapié en mi faceta defensiva, aunque ahora ando más fuerte.


- ¿Influye que éste fuera su último tren para triunfar en el Betis?
- No se me ha pasado por la cabeza en esos términos, la verdad. Era consciente de que había hecho las cosas bien en el Murcia. Por eso, di un paso atrás para recuperar ritmo, jugar muchos partidos y volver a sentirme importante. Creo que lo conseguí, porque he vuelto con mucho ánimo, sintiéndome como uno más desde el principio. En ningún momento vi cerca mi salida. No pensaba que me iría por la puerta de atrás, sino que intenté dar el cien por cien para que, sobre todo desde fuera, se viera otro Matilla. El míster nunca me dijo que me jugaba la cabeza o que tenía que irme. Eran comentarios desde fuera. Quería callar esas bocas y demostrar a todos que podía ser un efectivo válido de la plantilla, justificar por qué me ficharon hace dos años y pico. A día de hoy, creo que voy por buen camino. Estoy muy orgulloso de haber dado la vuelta a la situación, aunque toca seguir.

- Tiene la sartén por el mango...
- Está claro que mi papel ahora es mucho más fácil de asumir que el del primer año, cuando los días se hacían muy largos y todo era complicado. Este 2013, todo me está yendo bien, por lo que es mucho más fácil. Pero aquello que viví me hace valorar lo que tengo. Estoy muy tranquilo y sólo pienso en seguir trabajando a diario.


- ¿Puede estar el beticismo tranquilo de que no se repetirá lo de Adrián, Cañas o Pozuelo?
- Por mi parte, está todo claro. Cuando firmas por un club, quieres estar muchos años en ese equipo. Ahora, necesito estabilidad y quedarme varios años aquí. Estoy muy cómodo. Tengo la vida hecha, por lo que no habría problema en quedarme en el Betis. Hay que llegar a un acuerdo entre ambas partes, pero ya te digo que no habrá problemas. El beticismo puede estar muy tranquilo: Matilla se quiere quedar. Aparte del tema deportivo, de que te sientas importante dentro de un equipo, está la vida personal. Aquí en Sevilla nunca me sentí incómodo, pero el primer año no me salieron las cosas en lo deportivo. Todo ha cambiado en ese aspecto. Tengo buenos amigos, mi novia y una familia que me visita a menudo. En esta ciudad me siento muy a gusto y no miro otra. Quiero seguir tan feliz como ahora durante mucho tiempo.
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