Caro es, a día de hoy, el único con una plaza fija

El eje de la zaga es una de las incógnitas que debe despejar Alexis Trujillo cuanto antes, ya que, a día de hoy, solamente José Antonio Caro tiene plaza fija. Así lo pactó su representante cuando renovó recientemente hasta 2017, antes del nuevo ´statu quo´, todo sea dicho. Contando con el estepeño, el secretario técnico del Betis podría verse obligado a realizar un mínimo de tres incorporaciones para esa demarcación. Amaya, el que más interesa, no acaba de renovar, entre otras cosas porque no ha recibido una propuesta en firme desde la marcha de Miguel Guillén, con el que había apalabrado su ampliación de contrato. El madrileño, por deferencia y porque quiere quedarse, ha esperado la llamada del responsable definitivo de la planificación de la ´operación retorno´, con el que se vio en la tarde de este lunes, según informó Canal Sur Radio. Alexis le pide unos días para formular una oferta que le satisfaga, mientras que Rayo Vallecano, Levante y Celta, entre otros, aguardan acontecimientos.
Con Perquis, en principio, se contaría de no aparecer opciones más convincentes. Gusta su carácter y su implicación, pero sus continuas lesiones hacen dudar a todos. La decisión definitiva se pospondrá por ahora. Tiene un año más de contrato, pero, si vuelve de vacaciones con una oferta o fructifican alternativas que se barajan, podría salir. El camino que tomará inequívocamente Paulao, pese a tener firmado también hasta el 30 de junio de 2015. El episodio de Vallecas, por desgracia para él, ha marcado su futuro en Heliópolis, donde nadie se acordará de que rechazó 1,5 millones de euros netos (más otros tantos para el Betis en concepto de traspaso) en el pasado mercado invernal. Es lo que pagaba el Dalian Aerbin chino, al tiempo que el Cardiff, antes de decidirse por el ex sevillista Cala, también había pensado en el luso-brasileño. Éste, sin embargo, no quiso alejar a su familia de Sevilla ni dejar en la estacada a los verdiblancos, seguramente porque no imaginaba que terminaría de esta manera. Su rescisión es la salida más lógica.
Por último, Jordi Figueras tiene una cláusula liberatoria en su contrato en caso de descenso, por lo que, con ciertos requisitos, puede irse sin avisar.