El inquilino del banquillo del
Betis B el próximo ejercicio es, ahora mismo, una incógnita, a pesar de que
Alexis Trujillo encartó la semana pasada a
Juan Merino, en contra de la opinión del nuevo director de cantera,
Pedro Buenaventura, que tenía avanzadas las negociaciones con
José Juan Romero. Y es que el ascenso a la Categoría de Bronce del filial heliopolitano, conseguido el sábado ´in extremis´ ante el
Orihuela, supone la renovación automática de
Óscar Cano y su segundo,
Guillermo Fernández, a quienes habría que indemnizar para que dejasen vacante sus puestos. Según algunas fuentes, la cantidad rondaría los 60.000 euros (ambos), por lo que no se trata de una decisión baladí.
Tanto es así que no sería desdeñable que el preparador granadino mantuviera su cargo, algo que, por otra parte, se ha ganado sobre el terreno de juego. De hecho, parte de la directiva es reacia a realizar un desembolso innecesario, al que habría que unir los emolumentos de
Merino, bastante superiores a los del que sería su predecesor. Otro sector del consejo de administración, en cambio, está deseando desembarazarse del conocido como ´grupo de Granada´, dando por hecho que, tras la marcha de
Luis Fradua,
Cano y
Fernández serían los siguientes (este último, además, es responsable de la planificación hasta categoría sub 23).
Como se ha referido, el responsable del filial dependerá de una próxima reunión del órgano rector del club, al que
Alexis tratará de convencer de la pertinencia de que sea
Juan Merino y no otro el que se siente en el banco del B. Tampoco
Buenaventura parece tener voz en este asunto, puramente económico a la postre, si bien el linense, de no conseguir su primer objetivo, podría encontrar acomodo en la secretaría técnica a la espera de otra oportunidad.
El caso es que
Óscar Cano ha logrado reivindicarse a la postre de la mejor manera posible, consiguiendo el objetivo para el que se le contrató y renovó. Ahora, el granadino tiene la sartén por el mango, pues podría manejar, según apuntan desde tierras levantinas, una propuesta del pujante
Alcoyano, que aspirará al ascenso a Segunda.