Los de
Velázquez dejaron con mal sabor de boca a las gradas del
Villamarín en un encuentro muy esperado por la afición, en el que los hispalenses medían sus fuerzas con un claro aspirante al ascenso, que de momento se mantiene por encima de los verdiblancos.
En una insulsa primera parte, con un
Betis que no sabía a qué jugar y un rival que apenas generó ocasiones en el área de
Adán, Jordi Figueras fue el protagonista de la acción más peligrosa de los locales con un remate de cabeza a una falta sacada por
Kadir.
Las Palmas vio el gol muy cerca de subir al marcador en una ofensiva que generó hasta tres disparos directos a portería. El palo salvó el primer tiro de los canarios, que no cesaron en su empeño y recogieron rápidamente el esférico para realizar un nuevo disparo, que topó con el cuerpo del guardameta bético y que, tras recalar por tercera vez en botas canarias, logró despejar Figueras.
Ya en la segunda mitad, las sensaciones parecían ser las mismas, con ambos equipos muy mermados a la hora de crear peligro y bastante pobres en los controles de balón. A la aparente desidia en el juego, se sumó la expulsión de
Perquis por doble amarilla, que dejó a los suyos en inferioridad númerica a veinte minutos del final.
Adán puso el punto positivo en el equipo hispalense, salvando el empate en las ocasiones en las que tuvo que enfrentarse a la delantera canaria. Mantuvo bien la posición el guardameta durante todo el encuentro, ganando a
Nauzet en un mano a mano que tuvo con el jugador y que pudo suponer la depresión bética definitiva tras la ausencia de Perquis.
La inactividad verdiblanca en ataque, con un
Rubén Castro desaparecido y un
Pacheco que tardó demasiado en ser sustituido -min. 73-, incluso hace bueno el empate sin goles, arañando un punto al líder de
Segunda, que arrastra ya tres jornadas consecutivas sin ganar.