El
Benito Villamarín vivió un partido atípico de los suyos, no tanto por su juego, pobre y carente de ideas como ya acostumbra -aunque sí más acertado en la presión-, sino por el modificado once que presentó
Julio Velázquez, en el que se ausentaron titulares habituales como
Adán, Perquis o
Kadir, pero que no impidió que el marcador bético se quedase a cero un encuentro más.
En una primera parte marcada en los primeros minutos por los errores defensivos del conjunto hispalense y por la imprecisión de los pases en el centro del campo, el
Betis parecía lograr, conforme avanzaba el partido, mejorar su imagen con respecto a la que ofreció en Liga ante el Valladolid y Las Palmas.
Un enchufado
Álex Martínez, que supo entenderse con
Rubén Castro, subió la moral de un equipo que necesitaba urgentemente confiar en sus posibilidades. La ocasión de gol más clara la tuvo
Dani Ceballos tras una buena jugada bética en el área del
Lugo, que el canterano culminó con un contundente disparo que pegó en el larguero.
También tuvo oportunidad de demostrar sus habilidades el guardameta
Dani Giménez, que salvó un balón de
Iago Díaz tras un fallo de la defensa verdiblanca. No tan acertado estuvo
Piccini en su regreso a la titularidad, al que Velázquez le notó la falta de ritmo y lo sentó en el banquillo en la segunda mitad, sustituido por un
Kadir más activo pero igual de ineficaz.
Continuó el Betis decidido a arribar la portería rival, pero más suave en la presión y con menos intensidad que antes del descanso. A pesar de que las inseguridades del equipo procedían principalmente de la zona defensiva, los cambios del técnico fueron dirigidos a la mejoría del ataque, con Rennella sustituyendo a
Jorge Molina y
Cejudo entrando por
Bruno, que tuvo que abandonar el campo por culpa de unos calambres.
La mala definición de ambos equipos hacía presagiar que la eliminatoria se decidiría más allá de los 90 minutos, y a punto estuvo de no ser así cuando al final del descuento, tras un córner del Lugo, Dani Giménez salvó el que podría haber sido perfectamente el gol clasificatorio para los visitantes.
En una prórroga que dejó entrever de nuevo las carencias del Betis de Velázquez, mermado atrás y con complicaciones arriba, Kadir cometió errores difíciles de perdonar en una eliminatoria. La tanda de penaltis se antojó imprescindible para decidir el encuentro y Cejudo aprovechó el fallo de
David López en el quinto lanzamiento del Lugo para hacer pleno y clasificar a los sevillanos, en una noche en la que de milagro no se vivió otra debacle verdiblanca.