Una ´Betismorfosis´

Ayer, en sala de prensa, Pepe Mel quiso restar importancia a la pequeña crisis en la que vive inmerso el Betis tras caer por 1-3 ante el Espanyol y no pasar del empate (1-1) frente al Granada, que recibió a los verdiblancos como colista. Para ello, al madrileño le bastó con hacer un poco de memoria. “Hace un año, éramos séptimos en Segunda y ahora vamos décimos en Primera; eso significa que lo hemos hecho francamente bien”, destacó.

Y lo cierto es que al míster del cuadro heliopolitano no le falta razón. De hecho, a principios de noviembre de 2014 la posibilidad de subir estaba realmente complicada. Julio Velázquez era incapaz de hacer carburar a una escuadra de las trece barras que, con 17 puntos en once jornadas, veía el ascenso directo a seis de distancia. Además, los de La Palmera arrancaron el penúltimo mes del año encajando una dolorosa derrota en El Sadar, donde acabaron cayendo a manos de Osasuna por 3-2 en un choque que ganaban al descanso 0-2. Como consecuencia, la grada pedía a gritos un relevo en el banquillo, que llegaría apenas unas semanas después, tras perder con el Alavés (1-2). A partir de ahí, Merino, primero, y Mel, después, lograron que el Betis remontase el vuelo, logrando el retorno a la máxima categoría en la antepenúltima fecha.

Ahora, en cambio, la situación es bien distinta. El conjunto verdiblanco ha arrancado bien, cosechando 12 puntos que le han colocado en el ecuador de la tabla, viéndolo todo desde una décima posición que queda a un sólo punto de Europa y seis por encima de la zona de descenso. No obstante, la afición pone dos importantes peros al equipo. El primero, que todavía no ha conseguido hacerse fuerte en casa, donde ha encajado dos derrotas seguidas (ante Deportivo y Espanyol), logrando sólo cuatro puntos de 12 posibles. Además, el último parón liguero no ha sentado demasiado bien a la escuadra de las trece barras, que llegó a él con dos triunfos seguidos (frente a Sporting y Rayo) y no ha vuelto a ganar desde entonces (su saldo, un punto de seis).

Sea como fuere, y aunque haya detalles que pulir, lo que queda claro es que el Betis ha experimentado una auténtica metamorfosis en apenas un año, algo que tiene muy presente un Mel al que únicamente le preocupa “la nota que se obtenga en mayo”.