El equilibrio es la clave. En fútbol, como en todo, evitar la descompensación suele ser el camino más directo hacia el éxito, razón por la que los entrenadores, especialmente cuando no tienen la sensación de haber dado con la tecla pese a cierta complicidad de los resultados, buscan continuamente esa armonía. Mel no es una excepción. Sabe el madrileño que encomendarse a
Rubén Castro es una apuesta segura, aunque no puede ser la única. Por eso mismo, el retorno a la convocatoria de
Jorge Molina, recuperado al fin de su complicada lesión en la espalda, acrecienta el debate entre jugar con dos delanteros o fortalecer la sala de máquinas. Porque el alcoyano es el mejor aliado posible para el máximo goleador de la historia del club. Un lustro de entendimiento y casi 200 goles entre los dos lo atestiguan.
No obstante, el míster heliopolitano es consciente de que no puede desarroparse en
Primera tanto como lo hacía en
Segunda. Los errores, ahora, penalizan el triple. Entre ellos, la desconcentración en los primeros minutos de cada periodo, un lastre que está costando bastantes puntos al
Betis en este arranque de la temporada. Además, sigue empeñado en Mel en reactivar las conexiones entre los pensadores más cualificados del equipo y el ‘24’, que podría ejercer de único punta también, aunque con una escolta plena de ‘neuronas’. De esta forma, ha amagado durante la semana con la inclusión en el once de
Dani Ceballos y
Van der Vaart, que se unirían a
Joaquín y
Portillo en el inicio de una sinaxis prometedora. Desde fuera, empero, se antoja una medular con ‘overbooking’ de técnica pero limitada en el músculo, por lo que tampoco sería desdeñable que uno de los citados empezara en el banquillo para que
Petros o
Digard acompañaran en el eje a un
N’Diaye indiscutible.
Por detrás,
Pezzella será el sustituto del renqueante
Westermann, a quien, como ocurre con
Rennella y
Vargas, deja fuera una de sus rodillas. El argentino, que ya disputó la última media hora en
Granada, afronta una reválida importante a título personal, pues, antes de lesionarse, no dejó precisamente buenas actuaciones. El notable momento de
Bruno, que formará a su lado, debe ayudarlo a frenar a
Aduriz, gran peligro del
Athletic, si bien
Piccini y
Varela, que deberán lidiar con el eléctrico
Williams y el incisivo
Susaeta, tampoco podrán descuidarse un ápice si no quieren que
Antonio Adán tenga que ser, de nuevo, el héroe.
En clave bilbaína, tras la última sesión a puerta cerrada en las instalaciones de
Lezama, celebrada ayer a partir de las 16:30 horas,
Ernesto Valverde ofreció una lista de convocados sin sorpresas, aunque de 19 componentes, ya que futbolistas como los mencionados Susaeta (que arrastra una tendinitis) o Williams (con una sobrecarga muscular) se han ejercitado de forma intermitente durante la semana. No obstante, ambos están en la citación, por lo que, dado que viajan cuatro laterales y tres centrales (más
Elustondo y
San José), podría haber alguna duda física con alguien de atrás. No integran la expedición los lesionados
Kike Sola (con una rotura muscular en el obturador externo de su cadera izquierda),
Muniain (renqueante del aductor derecho),
Iturraspe (que padece una sobrecarga en el isquiosural derecho),
Mikel Rico (con una fractura en la falange proximal del cuarto dedo del pie derecho) y
Jonás Ramalho (que se recupera de la rotura del cruzado).
Óscar Murillo4 min lectura