El acierto de los servicios jurídicos del Betis a la hora de levantar amonestaciones es un hecho irrefutable, hasta el punto de que es complicado enumerar los éxitos en este apartado. El último tiene como protagonistas a Joaquín y Westermann, que vieron sendas amarillas en el derbi del 19-D -las segundas de sus primeros ciclos-, si bien éstas quedan anuladas, al estimar el Comité de Competición las alegaciones a un acta de Clos Gómez que incluía errores manifiestos, pues el alemán no empuja de forma temeraria a un rival en la disputa del balón ni el portuense derriba a otro.
No prosperó, con todo, la reclamación por Dani Ceballos, que había quedado limpio en Las Palmas, ya que el primer peldaño de la jurisdicción deportiva española entiende que, si bien pudo haber contacto con Rami, eso no invalida el hecho de que fingiera.
Por su parte, la roja no recurrida a Roberto Ríos por su forcejeo con Emery le granjea dos partidos de suspensión.