Betis-Barcelona: La sombra de los astros

Aún le quedan cosas al Betis en juego. Cosas de las que importan. El amor propio, el orgullo profesional. La necesidad de dar una alegría a una afición huérfana de ellas más allá de una holgada salvación empañada en cualquier caso por la derrota y la imagen en el derbi. La oportunidad para resarcirse es de las importantes, pues el Betis será esta noche nada más y nada menos que el juez de la Liga, el antepenúltimo obstáculo entre el Barcelona y su segundo entorchado consecutivo.

Para cuando arranque el partido, el conjunto culé puede ser tercero en la tabla si el Atlético y el Real Madrid hacen sus deberes antes. La presión sobre los astros azulgranas puede ser la única ventaja para el Betis, liberado de apreturas clasificatorias desde hace semanas, ante un equipo mayúsculo, que ha despachado con 14 goles a favor y cero en contra sus últimos dos 'match balls', pero sobre el que pesan sombras tras desaprovechar una considerable ventaja sobre sus perseguidores.

Tampoco Merino está para relajaciones. El técnico sabe que no seguirá la temporada próxima y quiere irse dejando la mayor huella posible. No es el linense un hombre que se afane por acaparar titulares, pero sabe lo que significa un triunfo ante el Barcelona y no quiere que los suyos bajen la guardia en los tres últimos partidos. Su Betis ha dado la cara ante equipos como el Real Madrid, Villarreal o Celta, además de ganar al Valencia, señal de que responde ante la máxima exigencia.

Frente al Barcelona recupera a Kadir, uno de sus predilectos, que entra por Fabián, que esta vez sí ayudará al filial a salvar la categoría. La recuperación de Bruno, entre algodones durante la semana, alivia la ausencia de Vargas y permite al técnico repetir la zaga que alineó ante el Sevilla, con el canario en la diestra, Pezella y Westermann en el medio y Montoya en la izquierda. Petros y N’Diaye se mantienen en un once en el que hace falta contención y eso podría abrir las puertas a Kadir en la línea de trescuartistas junto a Ceballos y Musonda. Arriba no hay dudas con Rubén Castro. Tampoco las tiene el Barcelona, que sacará el equipo de gala coronado por su demoledor tridente en busca de una Liga de dueño incierto.