Puro fetichismo bético. Un trocito del viejo Villamarín para exhibir como trofeo en casa. Los béticos quieren su pedacito de Heliópolis. Demasiadas vivencias para que se las lleve el diplodocus. Hogar de los béticos jartibles, antes del palomar del Chupe. La grada que cambió el "hola don Manué", por "Lopera salta al campo y mete un gol y vete ya". Pero ahora el consejo de Haro pretende convertir la obra en el símbolo de un nuevo tiempo. Resulta que la caja de herramientas se cierra para aspirar a un Betis nuevo y más grande. Por fin un Betis completo, justo donde La Palmera mira a Cádiz. Así que vayan apartando las viejas supersticiones de Luis. ¿Nuevo equipo y nuevo estadio son incompatibles? De peores se sale: de Tegasa y Farusa, de Bitton y dentro de poco hasta del concurso. Incluso para rescatar el baloncesto de la ciudad, da este Betis a prueba de bomba. Así que no tengan miedo si parte del pasado se dinamita para que no quede ni rastro de todo lo que se hizo mal. Estos días no se reparten escombros de ningún muro, aunque la calle Berlín quede tan cerca. Se regala sillería verdiblanca junto a Los Bermejales. Al fin y al cabo, Gol Sur nunca se hizo para estar sentado.
Eduardo Gil2 min lectura