Barcelona-Betis

Exigencia máxima para echar a andar

Exigencia máxima para echar a andar
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 5 min lectura
Existen diferentes teorías sobre cuál es el mejor momento (o el menos malo, en realidad) para enfrentarse al todopoderoso F.C. Barcelona, así como el sistema de juego más oportuno para frenar a los azulgranas. Sin embargo, en un deporte tan previsible para unas cosas e imprevisible para otras, lo cierto es que la probabilidad de asaltar el Camp Nou se reduce a cotas mínimas para la mayoría, el numeroso grupo de equipos mundanos, incluso en este arranque de temporada o con bajas tan importantes como las de Mascherano, Iniesta o Neymar. Y es que lo de pillar desprevenido o bajo de forma al actual campeón de Liga, que viene de disputar (y ganar, sin encajar un solo gol además en 180 minutos) la Supercopa de España, cae por su propio peso.

Con todo, no renuncia el Betis a dar la sorpresa en este inicio de máxima exigencia para el proyecto de Gustavo Poyet y Miguel Torrecilla. Para ello, el uruguayo pondrá en liza, salvo sorpresa mayúscula, el 1-3-5-2 esbozado durante la pretemporada, pese a que las sensaciones no fueron del todo buenas. Siguió ensayando esta semana a puerta cerrada el míster verdiblanco este dibujo, que persigue tanto tapar los espacios a Messi y compañía como arropar en ataque a Rubén Castro, más cómodo con otro delantero cerca y alejado de la banda, que parecía inicialmente su hábitat natural con el 1-4-3-3.

Alguna duda albergaba en la víspera el ex del Sunderland, que se llevó a veinte futbolistas a la Ciudad Condal, dejando en tierra únicamente al lesionado Álex Martínez (que arrastra una contractura en el sóleo de su pierna derecha, es baja por lesión), a un Rafa Navarro bajo de ritmo y a Zozulia y el tercer portero, Manu Herrera, estos dos últimos por estricta decisión técnica. Según las últimas pruebas, Adán formará bajo palos, escoltado por los tres únicos centrales natos con dorsal de la primera plantilla: Pezzella, Mandi (ejerciendo de libre) y Bruno (previsiblemente en el perfil izquierdo). En los costados, el indiscutible Durmisi aparecerá por la izquierda, mientras que la capacidad de trabajo de Cejudo desplazaría a Piccini al banquillo. En la parcela ancha, Petros sería el pivote defensivo, con Jonas Martin y Dani Ceballos muy cerca para tratar de frenar la creatividad catalana por dentro y, si se puede, incorporarse a una vanguardia algo huérfana de inicio por las alas, a no ser que el pontanés y el danés aparezcan a menudo en campo contrario. Eso sí, la presencia de Rubén Castro y Tonny Sanabria cerca del área de Bravo supone una apuesta real y convencida por la machada, por inquietar como poco a una zaga en formación a la que, para que sufra de verdad, habrá que presionar con sentido y continuidad, si bien acumula ocho partidos oficiales (entre el ocaso del curso pasado y el arranque de éste) sin recibir un tanto, con un parcial en este apartado de 31-0 para los pupilos de Luis Enrique Martínez.

Es una perogrullada que, para sumar y romper quinielas, el Betis necesita un partido perfecto que se conjugue con uno discreto del Barcelona. Sería, qué duda cabe, el aldabonazo soñado a un ejercicio en el que hay depositadas muchas ilusiones en Heliópolis. Con poco que perder y mucho que ganar, los verdiblancos se presentan esta tarde en tierras catalanas conscientes de que el duro inicio no puede ser una excusa y de que las sensaciones, casi tanto como los resultados en sí, son importantes para fortalecer la confianza de un bloque aún en ciernes.
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