Bizcocho entra en el Muro de las Leyendas verdiblancas

El Betis va a rendir homenaje mañana, día 13 de octubre, a Paco Bizcocho, legendario ex jugador verdiblanco, descubriendo el triángulo que lo recordará para siempre en el Muro de las Leyendas del Estadio Benito Villamarín.

El acto que se enmarca en la conmemoración del 45 aniversario del debut de Bizcocho con la camiseta de las trece barras, y que ya mereció la dedicatoria del cartel anunciador del partido contra el Real Madrid que se disputará este sábado 15 de octubre en Heliópolis.

Francisco Bizcocho Estévez (Coria del Río, 1951) le dedicó toda su vida deportiva al Balompié. Su infancia y su adolescencia las vivió en la cantera verdiblanca, por la que fue aprendiendo y ascendiendo hasta llegar a disputar con el Triana Balompié una final de Copa de juveniles en el año 1969. Con apenas 20 años debutó con el primer equipo del Betis y ya se quedó para siempre. Vistió por primera vez la camiseta en el Santiago Bernabéu el 5 de septiembre de 1971 y desde ese momento fue el dueño absoluto del lateral derecho de la defensa, hasta completar once temporadas de entrega, honradez y compromiso. En 1977 formó parte del equipo de leyenda que consiguió ganar la Copa del Rey, e incluso le correspondió la responsabilidad de lanzar uno de los penaltis que le dieron el título al club de La Palmera. Un penalti, por cierto, que fue el último de los ejecutados por los verdiblancos y ante el que se reveló inútil el plástico vuelo del portero vasco José Ángel Iribar.

Se crió en los potreros de Heliópolis junto a su querido Sebastián Alabanda y heredó de Rogelio Sosa el último y gran aliento contemporáneo de la Coria bética. Con ambos compartió la grandeza histórica de aquella escuadra irrepetible del 77, que a día de hoy siguen manteniendo una amistad de hermanos, y que mañana estarán como un solo hombre junto a Bizcocho en el homenaje que se le tributará.

?En las once temporadas en las que perteneció a la disciplina bética (1971-1982), el coriano disputó 342 partidos oficiales (258 de Liga, 51 de Copa y 6 de la Recopa de Europa) y a lo largo de su carrera no vistió ninguna otra camiseta que no fuera la verdiblanca. Jugador de un solo club.

Bético de raíz, su familia y él siempre han estado al servicio del Betis. Con la misma lealtad, franqueza y contundencia con que defendía el flanco derecho de la zaga verdiblanca. Ese costado que le otorgó un nombre en el fútbol y un lugar destacado en el corazón de los béticos.