Marcó y unos minutos después estaba sentado en el banquillo. No le sentó nada bien a
Rubén Castro la decisión de
Víctor Sánchez del Amo cuando vio en la tabla del cuarto árbitro su dorsal para el cambio. Las cámaras captaron el evidente enfado del canario, que la semana anterior ya había puesto mala cara en una situación idéntica tras marcar a Osasuna.
Esta es, probablemente, la temporada más difícil de
Rubén desde que llegó al Betis. Siempre ha sido intocable y apenas ha dejado de jugar por lesión desde su fichaje en el verano de 2010. Ídolo de la afición y máximo goleador del equipo desde entonces, hasta la llegada de Poyet nadie se había atrevido a darle un papel secundario en el
Betis. La destitución del uruguayo y la entrada de Víctor parecieron aliviar sus problemas, pero ahora vuelve a verse relegado.
De los
18 partidos del madrileño en el banquillo verdiblanco en LaLiga ya se ha perdido
dos completos por decisión técnica -después de haber jugado más de cien de manera consecutiva-, contra el
Málaga (no convocado) y el
Deportivo (en el banquillo). Además, no ha jugado los noventa minutos en ninguno de los últimos cuatro choques ligueros, algo poco habitual para él. En el mencionado partido de Riazor no saltó al terreno de juego y ha sido sustituido contra el Real Madrid (minuto 64), Osasuna ( minuto 66) y ayer contra el Espanyol (minuto 80).
En los dos últimos choques, además, se ha visto al '24'
especialmente metido en los partidos y participativo, de ahí que no comprenda que lleve casi un mes sin jugar los 90 minutos.
10 golesEn lo que sigue sin fallar
Rubén es a su
cita con el gol. Con el de ayer, logrado desde el punto de
penalti, el delantero bético alcanzó las
diez dianas por noveno curso consecutivo, los que van desde la 08/09 hasta la campaña actual. Lo hizo con el
Huesca y con el
Rayo y ha logrado pleno desde que arribó al
Betis. Lo que tendrá difícil es alcanzar los 1
9 goles del curso pasado, su mejor marca personal en Primera división.