Sumido en la
decimoquinta posición de la tabla con
31 puntos (nueve sobre el descenso) tras
tres derrotas consecutivas y habiendo sumado sólo siete puntos de los últimos 30 posibles, resulta complicado encontrar esas
"sensaciones" de las que semanas atrás se hablaba en Heliópolis por parte de la planta noble del club; un Real Betis Balompié que espera no pasar
apuros innecesarios en este epílogo de temporada y que, en cierta manera, ya está pensando en la próxima tras un curso para olvidar en todos los sentidos, después de que
Víctor Sánchez del Amo no haya sabido levantar del todo a un plantel que fue a la deriva desde muy pronto, con Gustavo Poyet al frente. Una sinrazón en clave verdiblanca en la que encontrar algo positivo resulta más complicado, a simple vista, que hallar
una aguja en un pajar, siendo el danés
Riza Durmisi el único de los fichajes de Miguel Torrecila que aparentemente ha rendido ante los ojos de los béticos.
Las "sensaciones", sin embargo, engañan y pese a no ser esas que quieren vender a los béticos desde ´ABA´, sí que es posible destacar algo rascando más allá de la superficie. Y es que son
hasta cuatro las ´agujas´ que se pueden hallar en el pajar verdiblanco, donde pese a los números del equipo
se han revalorizado hasta tres de los fichajes de Torrecilla,
amén de un Germán Pezzella que arribó de la mano de Eduardo Macià y que hoy día es objeto de deseo de la Serie A del Calcio. Concretamente, son el franco-argelino
Aïssa Mandi, el danés Riza Durmisi y el serbio
Darko Brasanac, refuerzos, todos, que han visto revalorizado su valor de mercado a lo largo de esta campaña.
El central, tras 21 partidos de Liga como bético, dos goles y una asistencia,
ha visto incrementado su valor de mercado de 4,5 millones de euros a seis, según la web especializada
Transfermarkt. Y todo ello, sin haberse asentado del todo en el fútbol español, donde ha tenido sus más y sus menos durante su primera temporada en Primera.
Algo similar a lo que ha experimentado el centrocampista Brasanac, que
ha ido a más con Víctor, acumulando 18 participaciones en Liga y habiendo dado una asistencia. Un papel que le ha servido para alcanzar los tres millones de euros de valor, 0´5 más que cuando arribó a Heliópolis. Justo lo mismo que Durmisi, el lateral danés que ha convencido en el Villamarín y que, como bético, ha pasado
de 1,5 a dos millones de euros, contando aún con mucha proyección por delante, pudiendo ser a corto plazo un suculento negocio para las arcas verdiblancas.
Otro refuerzo, aunque de la temporada anterior, es el italo-argentino Germán Pezzella, quien también ha alcanzado los
tres kilos de valor de mercado, encontrándose en la órbita de Roma e Inter, entre otros clubes italianos.
Una serie de futbolistas con los que la dirección deportiva verdiblanca podría ver ligeramente recompensado su trabajo, a pesar de que el plano deportivo no haya acompañado del todo en este primer año del nuevo proyecto; una idea basada en conseguir las ansiadas plusvalías que permitan al equipo crecer curso tras curso en lo deportivo sin dejar desguarnecido el plantel.
Pero claro, para encontrar esas cuatro ´agujas´, también
hay que toparse con mucha ´paja´, siendo refuerzos como
Tonny Sanabria, llamado a ser el principal referente ofensivo del equipo, el más llamativo. De hecho, el paraguayo, por el que se pagó
7,5 millones por el 50% de su pase, tiene hoy día un valor de cinco kilos. Es evidente que todavía hay mucho trabajo por delante, aunque quizá, eso sí, no tanto como a simple vista podría pensarse. Este verano tocará volver a hacer los deberes e intentar hacer algo de caja.