Esta vez sí le salió bien la jugada a
Víctor Sánchez del Amo, quien, no por ello, volvió a pecar de cobarde y medroso, como ya hiciera en ocasiones anteriores frente al Deportivo de La Coruña o el Espanyol, cuando la jugada le salió mucho peor que ayer, ante un Eibar que tampoco le exigió demasiado y en el que la sociedad entre Ander Capa y Pedro León, pese a ser el más participativo,
no brilló como en otras ocasiones.
Y por eso, le
recriminó la grada del
Benito Villamarín el cambio de Donk por Joaquín (que estaba siendo el mejor del encuentro y el único del
Betis que lo intentaba) en el 73' y con el 1-0 en el marcador. Todo ello, a pesar de que Dani Ceballos, quien partió desde el banquillo por unos problemas intestinales, hiciera luego el 2-0 y salvara la cabeza del técnico madrileño, quien tras darle entrada a Donk, también hizo lo propio con Petros, por un Rubén Pardo desfondado. Y es que el
Betis, a pesar de los
miedos de Víctor y del once de circunstancias que se vio obligado a cuadrar el técnico verdiblanco al contar con las bajas de última hora de Sanabria y Rubén Castro,
brilló por su solidaridad, especialmente en
labores defensivas.
Un
Betis que se encontraba mucho más cómodo defendiendo que al ataque, y que saltó al césped de Heliópolis con un 5-3-2 en el que el veterano Joaquín acompañó en la punta de lanza a un Álex Alegría que estuvo tan torpe como solo arriba. Un
Betis intenso y al que todo le resultó mucho más fácil jugando con el marcador a favor desde el minuto uno, cuando Jonas Martin adelantó a los suyos. Es decir,
tres puntos, que es lo que hoy importa.