(0-1) Celta-Betis: Se despoja del miedo y brota el fútbol

(0-1) Celta-Betis: Se despoja del miedo y brota el fútbol
la celebración verdiblanca. - Aitor Torvisco (@ATorvisco)
Aitor TorviscoAitor Torvisco 7 min lectura
Quizás sea por la liberación de sentirse salvado y no tener presión al saber que ser noveno ya es imposible, pero el Betis salió en Balaídos con una soltura desconocida y unos conceptos que no había mostrado hasta ahora. Adiós a los complejos de equipo pequeño. Se despojó del miedo y brotó el buen fútbol. Cambió los toques estériles (y casi suicidas) en campo propio por una sorprendente vocación ofensiva, basada en tener la posesión en campo rival e imprimir ritmo, movilidad y contundencia. Con presión fuerte tras pérdida, con un veloz repliegue, anticipación y hasta intensidad en los balones divididos.

Muchos dirán que el Celta no puso de su parte, que sólo piensa ya en la Europa League y la Liga le importa muy poco. No les faltaría razón, pues salió con ocho teóricos suplentes. No obstante, Berizzo advirtió en la previa de "la necesidad de atar a Ceballos" y obró en consecuencia alineando tres mediocentros: Radoja, muy encima de Joaquín; Marcelo Díaz, taponando a un trabajador incansable como Brasanac, que volvía al once tras cumplir sanción; y con Pape Cheikh como sombra del utrerano.

El técnico celeste tuvo que ajustar sobre la marcha las marcas individuales, ya que el Betis estaba desatado y su principal foco de acción venía precisamente del costado izquierdo, zona de influencia del propio Ceballos, del vertical y veloz Durmisi y de un Joaquín con mucha movilidad y sobrado de talento que demostró que tiene que ser titular indiscutible en este Betis.

De la conexión entre los tres y la pelea incesante de Álex Alegría nacieron hasta seis ocasiones claras en el primer cuarto de hora, tres de ellos desde fuera del área. La consigna era acabar las jugadas, rematar y no conceder contragolpes. Ceballos disparó por primera vez a los 37 segundos. Joaquín, con rosca buscando el palo largo, forzó una gran parada de Sergio en el 7'. Álex Alegría tuvo tres consecutivas casi acto seguido -la más clara con un cabezazo flojo y centrado tras centro de Durmisi en el 13'-. Nadie se acordaba del inesperado banquillazo a Rubén Castro.

El dominio de la posesión era abrumador. Tanto, que en el 30', un plano cenital ofrecía una imagen impactante por poco habitual: Mandi sobrepasaba la línea de la medular con el balón controlado y el Betis jugaba con sus 10 jugadores de campo en terreno de un Celta incapaz de encontrar respuesta y de hacer gala de su marcado estilo combinativo.

El argelino fue el sustituto del sancionado Pezzella, actuando como libre y ayudando a Rubén Pardo en las labores de distribución. Bruno continuó como marcador diestro y Tosca en la izquierda, con los laterales muy abiertos siempre.

Precisamente el rumano fue el encargado de recrear al Betis de toda la temporada al filo del descanso. En el 40', una mala cesión atrás de Tosca (en un 'déjà vù' de su 'asistencia a Fornals en Málaga) dejó a Bongonda en un mano a mano ante un Adán inédito hasta ese momento. El meta tapó muy bien, el belga tiró al cuerpo y la cosa no pasó a mayores; pero el único fallo visitante pudo costar muy caro. Máxime cuando, en el córner posterior, el mejoreño se lució en frío ante Jozabed.

La segunda mitad ofreció unos primeros compases más competidos e igualados, pero pronto el Betis volvió a marcar territorio. Otra vez con la banda izquierda como filón. Primero, en el 52', con una gran acción de Durmisi, que mareó a Lemos antes de cruzar demasiado su potente zurdazo. Y sólo tres minutos después, con el 0-1, todo un golazo. Por el centro, perfecto en cuanto a tensión, altura y precisión, y sobre todo por el remate de Brasanac. El serbio se lanzó en plancha y batió a Sergio con un cabezazo propio de los '9' de relumbrón.

Administrar la ventaja era otro reto para los heliopolitanos. Ante el Eibar, marcó en el 1' y se encerró atrás hasta que en el 90' sentenció. Ayer, no fue tan radical, pero el paso atrás fue también tan evidente como, hay que reconocerlo, efectivo. Renunció a llevar el ritmo, cedió la posesión a un Celta ya con Beauvue, Wass y Jonny, y juntó líneas.

Se alejó del área celeste. Desde el intento de Álex Alegría en el 65´, que protegió, se giró y tiró centrado, no volvió a crear peligro hasta una acción de Rubén ya en el alargue. Fue el único balón del canario, que sólo tuvo diez minutos. Menos aún tuvieron Petros y Cejudo, pues Víctor uso los cambios para perder unos minutos muy valiososos.

Eso sí, tampoco fue necesaria parada alguna de Adán y, por fin, a un mes del final de Liga, el Betis ha podido enlazar dos victorias consecutivas. Quedan cinco citas para gustarse y gustar. Para poner fin a un curso horrible, con un buen sabor de boca. Ya era hora.

Ficha técnica:

Celta de Vigo:
Sergio Álvarez, Lemos, Roncaglia, Sergi Gómez, Planas (Jonny 63'), Marcelo Díaz, Radoja, Pape (Wass 71'), Jozabed, Bongonda y Guidetti (Beauvue 59').

Real Betis: Adán, Rafa Navarro, Mandi, Bruno, Tosca, Durmisi, Brasanac (Cejudo 88'), Rubén Pardo (Petros 86'), Ceballos, Joaquín (Rubén 82') y Álex Alegría.

Goles: 0-1 (55') Brasanac.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea. Amonestó a Durmisi, Planas, Bruno, Wass, Marcelo Díaz y Rafa Navarro.
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