Con ocho días por delante entre la visita del Alavés el pasado domingo y el desplazamiento a Leganés del próximo lunes, el Betis tenía pensado celebrar mañana la tradicional comida en el Real de la Feria, plan que, a falta de confirmación oficial, se fue al traste después de la humillante derrota por 1-4.
Los ánimos no están para celebraciones y desde la entidad han abogado por ser sensibles hacia la difícil realidad del equipo y suspender este encuentro, como ya ocurrió en la Feria de 2014, que comenzó sólo unos días después de que el Betis consumara matemáticamente su tempranero descenso a Segunda.