En la misma línea que Adán, quien dijo tras el partido en Leganés que ya
se niega a mandar más mensajes optimistas a la afición, se ha mostrado en la tarde de este martes Joaquín Sánchez. El portuense ha estado en su localidad natal, para un acto comercial, y lo ha hecho visiblemente afectado por la situación que rodea al Betis, la cual
le llevó incluso a responder en Santa Justa a un aficionado.
"Vengo con un dolor interno. Tenía que venir, pero es cierto que lo de ayer fue duro", comenzó diciendo, antes de que le cuestionaran sobre
la posible destitución de Víctor Sánchez del Amo, después confirmada: "No sé nada.
Sigue siendo nuestro entrenador. El vestuario está jodido. Es una sensación extraña, porque han sido
dos partidos con dos varapalos gordos. Estamos en una situación que
hay que mirar hacia delante por el tramo de temporada que estamos y sacar el orgullo. El escudo tiene que estar por encima de todo lo demás. Con esa idea vamos a entrenarnos y trabajar hasta el último día, no hay otra.
Ya no vale ni pedirle perdón a la afición. Hay que amarrarse los machos y
tirar de amor propio y terminar lo mejor posible".
Por fortuna, el Betis ya no tiene nada en juego. “La realidad es que, dentro de lo malo,
no nos jugamos con la permanencia, y eso es importante.
Más que duro es un momento raro, no sé buscarte la palabra. No vamos a sufrir, pero
la imagen es muy triste. Para un deportista eso no vale", continuó.
Finalmente, a Joaquín se le preguntó por
la rajada de Haro y Catalán tras la debacle en Butarque. "Son momentos difíciles.
Es el presidente y tiene que hablar. Seguramente, todo lo que dijo lo hizo mirando el bien del Betis, de la afición... Todo lo que conlleva llevar este escudo encima.
Es el presidente y tenemos que acatarlo. Nosotros lo que tenemos que hacer es trabajar y jugar. En estos dos partidos saber la camiseta que llevamos". concluyó.