El Real Betis se ilusiona una temporada más con equiparar su rendimiento deportivo, que ha dejado mucho que desear en los últimos años, con su potencial social, algo que confirma siempre su fiel afición, que para esta campaña rondará los cincuenta mil abonados.
Esta nueva respuesta de los seguidores verdiblancos coincide con el estreno de la nueva grada de Gol Sur y la remodelación del resto, lo que le ha dado al Benito Villamarín un nuevo aspecto y un aforo de unos sesenta mil espectadores.
También coincide este nuevo curso con una 'paz accionarial' después de un pacto entre casi todas las plataformas que se agrupan en torno al capital y a la economía del Betis.
Las continuas pugnas, reproches y pleitos judiciales por el control del Betis son cuestiones que quedan ahora aletargadas, aunque aún quedan asuntos abiertos en los tribunales.
La desencantada afición vio cómo el equipo ascendió de Segunda hace tres ejercicios y cómo en las dos campañas seguidas que cerró en Primera siempre estuvo en la pelea por evitar un descenso sin dar ese paso hacia la parte alta de la tabla.
Para esta temporada se pusieron pronto los cimientos deportivos tras asegurarse que el equipo competiría por tercer ejercicio consecutivos en la máxima categoría.
El presidente del club, Ángel Haro, reforzado tras la última junta extraordinaria de accionistas, trajo de nuevo a Sevilla a una figura que hizo historia en el Betis como entrenador, Lorenzo Serra Ferrer.
El técnico balear, que llevó al Betis en las dos etapas en la que estuvo, la primera a finales del pasado siglo y la segunda a comienzos de éste, a altas cotas desde entonces no repetidas, vuelve ahora como vicepresidente deportivo y bajo su tutela se mueve toda esta parcela.
Con Serra llegó al banquillo Quique Setién, quien está avalado por su buen hacer en sus últimos equipos, el Lugo y Las Palmas, en los que el técnico santanderino sacó rendimiento a unas plantillas sin muchos nombres.
Setién, además de buscar que sus equipos tengan carácter y estén bien armados en la defensa, trabaja también para que sean protagonistas y posean el balón el mayor tiempo posible.
Todos estos conceptos los trabaja en una pretemporada en la que ha efectuado muchas probaturas y en la que ha costado encontrar el norte deseado.
La plantilla se ha transformado mucho, con salidas significativas como la del joven y prometedor centrocampista Dani Ceballos, fichado por el Real Madrid; o la marcha del goleador Rubén Castro, cedido hasta mediados de campaña al Guizhou chino.
Para compensar las salidas han llegado jugadores como Sergio León, delantero que destacó la pasada temporada en el Osasuna; el centrocampista Víctor Camarasa (Levante), el extremo Cristian Tello (Barcelona), el defensa Antonio Barragán (Middlesbrough inglés), el defensa Jordi Amat (Swansea galés), el centrocampista mexicano Andrés Guardado (PSV holandés), el central marroquí Zouhair Feddal (Alavés) o el mediapunta argelino Ryad Boudebouz (Montpellier).
Mimbres con los que el club quiere hacer un gran cesto deportivo en el que recoger todas las alegrías posibles para un Betis que no las disfruta desde hace muchos años al no encontrar la estabilidad que ahora pretende.
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