El buen hacer de
Fran Escribá y su equipo técnico le ha brindado al entrenador valenciano la oportunidad de continuar al frente del
Villarreal, al que dejó quinto clasificado la temporada pasada y con el que completó una discreta participación en la
Europa League, en la que cayó en dieciseisavos frente a la
Roma.
Con todo, los 67 puntos conseguidos y las buenas sensaciones sobre el terreno de juego fueron argumentos suficientes para confiar en
Escribá, quien este año está intentando prologar su teoría, pero, de momento, no se está viendo reflejado sobre el terreno de juego, ya que han sufrido dos derrotas en las dos primeras jornadas de competición liguera.
Probablemente, las bajas sean el principal argumento del preparador levantino, quien, por lesión, no ha podido contar con hombres tan importantes como
Mario Gaspar,
Bruno o
Roberto Soriano, teniendo que improvisar en la zona de contención y en la retaguardia del 'submarino amarillo'. A ellos también se les ha sumado
Andrés Fernández, con una rotura en el ligamento cruzado de la pierna derecha, la misma dolencia que
Sergio Asenjo.
A pesar de todo,
Escribá intenta poner en la práctica la misma idea que el curso anterior: combinar en el centro del campo rocosidad y visión de juego, tarea del excepcional
Trigueros, velocidad y profundidad por las bandas y dos puntas:
Bakambu y
Carlos Bacca, quien llegó por Soldado.