Setién rompe la 'maldición' del banquillo del Betis

Setién rompe la 'maldición' del banquillo del Betis
Setién ha cambiado las críticas al banquillo por elogios. - Aitor Torvisco (@ATorviscoED)
Aitor TorviscoAitor Torvisco 5 min lectura
El beticismo merecía y necesitaba vivir una tregua, una alegría y un ansiado respiro que han llegado en este inicio de temporada de la mano de Quique Setién, que es el entrenador llamado a romper con la ´maldición´ que persigue al banquillo verdiblanco desde hace cinco años: desde la 12/13 el equipo no inicia la segunda vuelta con el mismo técnico que empezó LaLiga. Una dinámica que ha hecho posible que en sólo cinco cursos el Betis haya vivido la friolera de 10 relevos en el banco, racha que el cántabro tiene ahora en su mano desterrar.

Desde la máxima prudencia que invita a tener un calendario de Liga que sólo ha pasado siete de sus 38 páginas, Setién cuenta con el viento a favor para dejar atrás las malas experiencias con sus antecesores, que a estas tempranas alturas del campeonato ya eran fuertemente críticados.

De hecho, el santanderino está a sólo tres jornadas de igualar la estancia de Gustavo Poyet en Heliópolis. El uruguayo sólo fue capaz de aguantar 11 partidos, de los que únicamente ganó tres, empató dos y perdió seis, antes de dejar su sitio a Víctor Sánchez del Amo, que después de pasar en el cargo 25 encuentros (con siete victorias), no pudo acabar la temporada y le tuvo que ceder el testigo a Alexis Trujillo; una opción interina para las dos últimas jornadas (sendos empates).

Eso fue en la 16/17, pero un curso antes tampoco fueron mejor las cosas. Eso sí, el reparto fue más equitativo: la segunda vuelta fue para Juan Merino y los 19 de la primera ronda para Pepe Mel, el entrenador que curiosamente suplió al linense en la 2014/2015.

Esa campaña, con el equipo en Segunda, la empezó un Julio Velázquez fagocitado por los resultados y despedido en la jornada 14 tras seis duelos ganados, tres empatados y cinco perdidos. Merino enderezó el rumbo, con una inmaculada racha de cuatro victorias en otros tantos partidos y sin encajar un solo tanto, y Mel celebró el ascenso tras dirigir al equipo en las 24 últimas jornadas (más las 19 primeras de la 15/16 en la vuelta a Primera).

El madrileño, actualmente en el Deportivo, comenzaba así su segunda etapa como técnico de la entidad; después de haber cesado en sus funciones un año antes. Fue en la 2013/2014, el curso en el que comenzaría la maldición y que sería de infausto recuerdo por el contraste de cómo empezó el equipo, compitiendo en la Europa League, y cómo acabó, descendiendo a Segunda en el mes de abril y después de haber pasado por su banquillo hasta tres entrenadores: el propio Mel, que había aguantado sin interrupción 129 jornadas (tres cursos completos y los 15 primeros duelos de ese año); Juan Carlos Garrido, que sólo estuvo cinco choques, y Gabriel Humberto Calderón, en las últimas 18 aciagas jornadas.

Este año se respira otro clima.

Suele acabar lo que empieza
En su carrera como técnico se puede decir que Quique Setién es de esas personas a las que les gusta terminar lo que empiezan y no suelen dejar las cosas a media. De hecho, sólo colecciona dos despidos en su carrera y hay que remontarse más de diez años, hasta sus inicios en el mundo de los banquillos. En Las Palmas, el actual míster verdiblanco llegó en la jornada 9 de la 15/16 y completó esa temporada y la siguiente como preparador amarillo. A Canarias le llevó la buena fama que se labró en Lugo, equipo que cogió en el inicio de la 09/10 y en el que estuvo hasta el final de la 14/15, es decir seis campañas completas.

Hace ahora diez años, en la 07/08, fue despedido tras dirigir los 20 primeros partidos al Logroñés y, en la 2003/2004, le echó el Poli Ejido en la jornada 12 , en la que era su segunda experiencia como entrenador, después de haber debutado en los banquillos con ´su´ Racing de Santander (01/02).
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