Sergio León está con ganas después de reivindicarse el pasado martes con un doblete contra el
Cádiz, en el partido de ida de los dieciseisavos de la
Copa del Rey, con el que elevó a seis los tantos que suma en lo que va de temporada. Una buena racha goleadora con la que el delantero de
Palma del Río amenaza a un rival muy especial para él: el
RCD Espanyol.
Al canterano verdiblanco, a pesar de su gan proyección, le costó muchísimo cumplir la promesa que le hizo a su padre antes de que éste falleciese: que algún día lograría debutar en
Primera división; deuda que saldó la pasada campaña, ya con 27 años de edad.
Sergio León se estrenó en la jornada 2, en un
Osasuna-Real Sociedad en el que participó los últimos 28 minutos; pero no fue hasta la jornada cinco, en la visita del
Espanyol a
Pamplona, cuando se sintió por fin en la elite del fútbol español.
Ese día, 22 de septiembre de 2016, el cordobés no sólo fue titular por primera vez en la máxima categoría nacional, sino que además le marcó al conjunto periquito su primer tanto en
Primera división. No le sirvió para ganar, pero sí para inaugurar su cuenta.
Era su primer gol en
Primera, pero no el único que celebraba ante el
Espanyol, pues al filial blanquiazul ya le había hecho antes otras tres dianas. Dos de ellos fueron con el
Reus, en la 12/13, un doblete que dio el triunfo a domicilio (1-2) a su equipo, y el otro fue en la temporada siguiente, 13/14, que le sirvió al Ilicitano para empatar a dos.