El Betis tendrá que visitar Cataluña, una tierra en la que suele darse baños de masas y donde acumula millares de hinchas, en el peor momento posible. Aunque el partido no se juega hasta la tarde-noche del lunes y de momento no hay riesgo de suspensión, durante todo el fin de semana tendrá que estar muy atento al tenso clima político que se respira después de que el Parlamento catalán aprobase ayer una república independiente y de la posterior reacción del Gobierno español aplicando el artículo 155 de la Constitución, destituyendo a todo el 'Govern', tomando el poder de todas las instituciones catalanas y convocando unas elecciones autonómicas para el próximo 21 de diciembre. Estos acontecimientos obtuvieron una inmedita respuesta en las calles y se espera que generen en los próximos días protestas de un bando y otro que podrían amenazar la seguridad ciudadana y que alimenta los rumores de posible suspendión de partidos como el que deben disputar Girona y Real Madrid.
El Espanyol, que ha mantenido hasta ahora una postura equidistante en este conflicto, ha acordado con todos sus agentes sociales, grupos de animación, colectivos de peñas y la Asociación de Pequeños y Medianos accionistas (APMAE) promover una animación de tipo apolítico en el estadio y en desplazamientos del equipo.
Aitor Torvisco2 min lectura