La manta corta desabriga más

La manta corta desabriga más
Sanabria mira al marcador antes de que Guardado lanzara su falta que acabó en gol. - Ó. Murillo / A. Torvisco
Óscar MurilloÓscar Murillo 4 min lectura
En el fútbol, casi todo está inventado ya. A finales de los 60, el ex futbolista y entonces entrenador brasileño de San Lorenzo de Almagro Elba de Pádua Lima, apodado en el mundillo Tim, enarboló la que sería para los restos la 'Teoría de la manta corta'. Argumentaba con acierto que, si te tapas la cabeza, te destapas inevitablemente los pies, y viceversa, en alusión a que resulta casi imposible ser un equipo ultraofensivo y, encima, defender bien.

Casi cuatro décadas más tarde, el Betis de Quique Setién se ha convertido en un heredero perfecto de esta máxima balompédica, ejemplificando a las mil maravillas ese desabrigo que conlleva ser el sexto equipo más realizador de LaLiga 17/18 pero, a su vez, el tercero que más goles encaja.

De hecho, los 23 tantos a favor en trece jornadas constituyen el tercer mejor arranque en este apartado de la centenaria historia verdiblanca, únicamente mejorado por la campaña 2002/2003 (24 dianas a estas alturas) y por los 31 de la 1958/1959, si bien, como apunta el perfil especializado @LaLigaenDirecto, habría que remontarse medio siglo atrás para encontrar unos guarismos peores en contra que los 27 actuales. Así, en el curso 1965/1966, al Betis le habían marcado 37 ‘chicharros’ hasta este momento, sentando las bases del descenso a Segunda división que se consumaría unos meses después.

Y una de las claves reside en un aspecto tan importante en el fútbol como la concentración, a menudo reflejada en marcar antes que tu rival. Son ya cuatro jornadas (las mismas que llevan sin ganar los de Setién) teniendo que remontar un marcador adverso. En dos de ellas, las de casa, se logró salvar un punto sobre la bocina, pero nunca supone un reto fácil voltear electrónicos.

En este sentido, los heliopolitanos únicamente remontaron ante el Celta (de 0-1 a 2-1), empatando dos (contra Getafe y Girona) y perdiendo las otras cuatro veces (ante Barcelona, Valencia, Espanyol y Eibar). Sin embargo, adelantarse en el marcador supone un plus, ya que, de las seis veces que lo consiguió, sólo perdió en Villarreal (de 0-1 a 3-1), cediendo un empate en Anoeta (del 0-1 al 4-4), pero imponiéndose a Deportivo, Real Madrid, Levante y Alavés. Un factor, como se ha visto, en absoluto baladí.

Como mal menor, al Betis lo sigue sosteniendo la calidad de muchos de sus hombres y la fe que desprende el colectivo, especialmente cuando las cosas se tuercen y hay que dar el do de pecho en los minutos finales. Con la de Tello ante el Girona, son ya seis dianas de futbolistas salidos del banquillo -lo logró el propio extremo de Sabadell contra el Valencia, como Campbell, así como Sergio León en Anoeta, amén de Sanabria y Boudebouz contra el Getafe-, una dinámica que engorda las estadísticas verdiblancas en los minutos finales de los partidos.

En este sentido, la mayoría de tantos béticos llegó en las segundas partes (14 de 23), pero, sobre todo, en los tramos más postreros de esta fase, ya que son once a partir del 76’, dos de ellos en pleno tiempo de prolongación. Bien es cierto que los de Setién se están mostrando igualmente vulnerables en los alargues, aunque doce de los veintisiete goles en contra que figuran en su casillero llegaron en el primer tiempo. Estadísticas, sin duda, dignas de análisis.


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