El
Betis priorizará la llegada en el mercado invernal de un zaguero polivalente, que pueda adaptarse a uno de los laterales y, si fuera posible, al eje de la medular, con el fin de dar descanso a hombres importantes y, de paso, otorgar una mayor competencia y un empaque superior a la zona de contención. Con todo,
Serra Ferrer y sus colaboradores directos estarán muy pendientes a partir del 1 de enero de otras oportunidades que ofrezca la nueva ventana de transferencias, especialmente golosa desde 1 de enero de 2018.
En este sentido, se trata de un año mundialista, circunstancia que espoleará a un buen número de jugadores que no tiene su plaza asegurada en la magna cita de
Rusia o que, si bien entran en los planes de sus respectivos seleccionadores, quieren acumular los máximos minutos posibles para afianzarse en la titularidad de sus combinados nacionales.
Es por ello que la pléyade de profesionales que acostumbra a ponerse a tiro en
Navidad, sobre todo tras la eliminación de restricciones como la que impedía cambiar de aires a deportistas que hubiesen actuado en cinco partidos oficiales o más con una escuadra, se verá incrementada por una partida de efectivos 'Top' que, en otra tesitura, no buscarían otro destino a mitad de un curso, sino que redoblarían los esfuerzos para convencer a sus técnicos o esperarían pacientemente una ocasión para recuperar protagonismo.
Un abanderado de estas hipotéticas
'gangas' es
Daniel Sturridge, velocísimo artillero del
Liverpool que ha perdido el sitio en los 'reds' por la pujanza de
Firmino,
Salah,
Coutinho o
Mané. Su reciente ostracismo (apenas 500 minutos en lo que va de curso) le está costando también el sitio en Inglaterra, con la que solamente ha disputado 18 en el año 2017. El ariete de origen hondureño no fue siquiera convocado por el seleccionador,
Gareth Southgate, para los recientes amistosos frente a
Alemania y
Brasil, quedándose antes en el banquillo frente a Malta, Eslovaquia y Eslovenia durante la fase de clasificación, cuando únicamente disfrutó de un rato al final durante el encuentro en Lituania.
De hecho,
Sturridge está siendo movido por varios intermediarios a lo largo y ancho de
Europa, incluida
LaLiga. Su salario, obviamente, sería un inconveniente para equipos como el
Betis, aunque tanto el interesado como el
Liverpool cederían para conseguirle los minutos que precisa por un fin tan importante. El británico, sin ser estrictamente un objetivo heliopolitano en estos momentos, sí representa perfectamente a ese grupo de futbolistas otrora fuera del alcance económico y deportivo de escuadras como la verdiblanca, pero que, dadas las necesidades particulares que acontecen con el nuevo año, estarían más a tiro.
En la planta noble del
Benito Villamarín llevan días estudiando las fórmulas más viables para liberar una partida presupuestaria reseñable con la que acudir al mercado y poder reforzarse con garantías de cara a subir el nivel de la plantilla heliopolitana. En principio, para potenciar la retaguardia, aunque sin desdeñar alternativas golosas en otras demarcaciones. Todo dependerá, por ejemplo, de cómo evolucionen de su lesión
Feddal y
Campbell, los dos que más preocupan, amén de las posibilidades de liberar tanto fichas como masa salarial con salidas como las de
Tosca,
Nahuel o
Juanjo Narváez.
Para engordar las arcas béticas, se dialoga con
LaLiga para aumentar el margen de maniobra monetario, con los patrocinios, el dinero de las televisiones y el aumento de abonados como armas de negociación.