La última vez que vistió la camiseta del
Betis en un partido oficial data del 20 de mayo de 2017. Fue en la jornada que abrochaba la campaña pasada para los verdiblancos, con doblete suyo en
El Molinón para firmar un intrascendente empate ante el
Sporting.
Rubén Castro, que comenzaría la pretemporada más reciente con el equipo del que es máximo goleador de su historia, terminó ese curso con trece dianas y tres asistencias, pese al ninguneo al que le sometió al principio
Poyet.
Su problema extradeportivo, del que finalmente salió indemne, y una oferta jugosísima de
China le hicieron marcharse al
Guizhou Hengfeng Zhicheng en verano, regresando en noviembre con otra cátedra 'a lo Erasmus' (siete tantos y cuatro brindados en once partidos en la
Chinese Super League). Por expreso deseo de los orientales, que no perdonaban un euro en caso contrario, se ejercitó por su cuenta y, posteriormente, con un entrenador del
Betis hasta que arrancó 2018, aunque se quedó con las ganas -solamente calentó en la banda- de disfrutar sobre el terreno de juego del derbi cainita, ese partido que tanto se le resistió en sus seis años y medio como bético.
Esta noche, salvo sorpresa mayúscula, integrará de nuevo la convocatoria de
Quique Setién para el encuentro ante el
Leganés, que cierra la primera vuelta de
LaLiga. Será su retorno al
Benito Villamarín, escenario de muchas de sus gestas. Ocho meses más tarde (desde el 1-1 ante el
Atlético de Madrid del 14 de mayo de 2017), el de
La Isleta no pisa la
Avenida de La Palmera, donde, sin ninguna duda, le regalarán el recibimiento que merece. En caso de disfrutar de minutos, como desea, las sensaciones se multiplicarán por mil para un
Rubén que participó tímidamente en las celebraciones del 3-5 del
Pizjuán, pero que tiene récords a la vista aún.