Tim, entrenador del histórico y ganador San Lorenzo de la década de los 60, acuñó la famosa 'teoría de la manta corta', más vigente y viva que nunca en este fútbol que algunos denominan moderno. La Real Sociedad, como también le ocurre a Betis o Celta, acusa las secuelas de ese afán por mandar y atacar que comparten Eusebio, Setién y Unzue. Con un presupuesto mayor, posiblemente subsanarían ese desequilibrio, aunque los equipos albiazul, verdiblanco y celeste sacrifican ser de los más goleados de Primera para encaramarse también a la cúspide de la lista de máximos goleadores. Meter muchos para tratar de compensar los que encajas por esos riesgos inherentes a un estilo tan vistoso como, a veces, temerario.
Por todo lo anterior, los easonenses han pagado el peaje de la irregularidad. De hecho, después de las tres victorias con que inauguró la temporada, no ha vuelto a enlazar dos triunfos en LaLiga, lo que ha costado algún que otro ultimátum para su entrenador.
La eliminación en la Europa League a manos del Salzburgo, que se une a la reciente en Copa del Rey ante el modesto Lleida, obliga a echar el resto en el torneo de la regularidad. Algo tarde, quizás, puesto que la Real aparece en zona de nadie, con un buen colchón sobre el descenso si no se duerme (diez puntos), pero a la misma distancia del sexto. Sin embargo, Eusebio sigue fiel a su ideario, que pasa por 1-4-3-3 en el que los laterales cobran gran importancia y se ven obligados a proyectarse para equilibrar más adelante. Las bajas de hombres como Xabi Prieto, Iñigo Martínez o Willian José pesan mucho.