Como suele ser habitual en Quique Setién, con el doble propósito de refrescar a su equipo y de meter en la dinámica a todos sus futbolistas, realizó una masiva rotación, en esta ocasión, de hasta ocho jugadores, repitiendo del once que se enfrentó al
Rayo Vallecano el pasado domingo sólo tres futbolistas:
Sidnei, Willian Carvalho y Loren. Las principales novedades fueron ver a
Sidnei, habitual en el perfil zurdo de la zaga, en el diestro ante la entrada de
Feddal; y la nueva oportunidad a
Kaptoum, que como ya dijera el entrenador bético, le quería ver en el rol de Guardado ante la lesión del mexicano.
Además, a diferencia de lo que estaba siendo habitual en Europa, el santanderino volvió a disponer en ataque a un delantero referencia y dos mediapuntas,
y no dos delanteros como en partidos precedentes.Sin embargo,
el Betis no contaba con el 'general' invierno. El terreno de juego, debido a las bajas temperaturas, se encontraba prácticamente congelado, con lo que los jugadores verdiblancos ya hacían lo suficiente con mantenerse en pie.
Ello dificultó la circulación de balón bética y el discreto papel de algunas de sus piezas, léase
Tello, que sufrió este hándicap todo el encuentro.
Dueño del balón, el Betis se ahogó por el interior ante el repliegue bajo del Dudelange y la incomodidad de
Kaptoum por el campo. Todo lo contrario que un destacado
Francis, que creó mucho peligro con sus inteligentes internadas.
En el segundo tiempo, los cambios de Setién fueron hombre por hombre, sin alterar el dibujo ni el guion. Sólo hubo que destacar el cabezazo de
Javi García en el 88'.