Real Betis-Real Madrid: Una buena historia para ser contada

Real Betis-Real Madrid: Una buena historia para ser contada
- Aitor Torvisco
Aitor TorviscoAitor Torvisco 6 min lectura
Día de Betis. Tres palabras que sirven para resumir un maremágnum de sensaciones imposible de entender para el forastero. Una expresión de autenticidad que, si por algo es genuina, es por su independencia del rival que le visite y de la competición de la que se trate. No obstante, resulta inevitable que el bético y el sevillano experimenten en días como hoy una exaltación de esa pasión. Qué es el fútbol si no una expresión artística del deporte. Y, para mostrar tu obra, qué mejor escenario hay que el mediático Real Madrid. Acostumbrado a robar protagonismo y a ser el actor principal en muchas de las ciudades que visita, relegando a secundario al club local, cuando llega a Sevilla sabe que aquí no pasará de un papel de actor de reparto. Y además, esta vez, todo va más allá de derribar el centralismo que representa el club blanco y que para nada cala en una ciudad que cuenta ya con su propia dualidad.

En esta ocasión, aparte de todo eso, se da la circunstancia de que el Betis tiene una historia que contar; una buena historia. Tiene una idea en la que se siente protagonista y con la que disfruta y hace disfrutar. Una historia propia con la que ha salido por la puerta grande en el Sánchez-Pizjuán, San Siro, el Camp Nou y el propio Santiago Bernabéu, en la primera gran puesta en escena del Betis de Setién. El de hoy será otro potente altavoz. Puede que aún más importante que aquel 0-1 del pasado curso. Quinto contra sexto, las distancias nunca han sido menores. La difusión de otro golpe en la mesa tendría una fuerte resonancia externa, pero sobre todo la tendría a nivel interno. A nivel de confianza, de autoestima. Es el día de encontrar esa pegada desaparecida toda la temporada y que deja incompleta la representación de un marcado estilo ofensivo.

Setién tiene las bajas de Inui, en la Copa de Asia, y de los lesionados Kaptoum, Feddal, que no terminó la sesión de ayer por molestias físicas y Sidnei, quien ya trabaja con el grupo pero no está aún listo. Precipitado, que no improbable, es el regreso de Junior, que llega muy justo para dar una opción para el lateral e incluso opositar a central.
Con esos condicionantes, el cántabro escudriña sus opciones de guion después de demostrar que no se le caen los anillos por realizar un giro argumental y retirar el cartel de intocable al dibujo de tres centrales y dos carrileros. La pregunta que cabe hacerse entonces es si volverá a él o repetirá el sistema del jueves. Si lo hizo porque consideraba que el marroquí y Javi García no le daban la misma seguridad que el brasileño y porque pensaba que Tello suple al hispano-dominicano en el ir pero no en el venir, justo al revés que Francis, entonces puede que sí repita; pues las contingencias para hoy son muy similares.

En cambio, si fue sólo algo puntual para sorprender a la Real Sociedad, que cierra bien y mata a la contra, volverá al dibujo habitual, ya que el Madrid querrá tener el balón y planteará un partido distinto: concederá espacios en un intercambio de golpes en el que, como demostró en el 3-6 del año pasado, suele ganar. Los futbolistas ya han dicho que se sintieron cómodos y la mera posibilidad de alternar sistemas ya convierten al Betis en un equipo mucho menos previsible. Además, asume menos riesgos al tocar más arriba y sigue siendo un buen fútbol sin el culmen del gol, asignatura pendiente.

Más allá del esquema, a nivel de nombres no se esperan muchos cambios. Ambas opciones tácticas se basan en tener el balón y acumular 'jugones' (Carvalho, Guardado, Lo Celso y Canales son fijos). Volverá Pau López y puede que también Loren, con o sin un Sanabria con síntomas de estar queriendo querer.

Muchas menos opciones tiene a mano Solari, muy mermado entre lesiones y la sanción de Lucas Vázquez. Que eso no sea motivo de euforia para el Betis. Keylor Navas garantiza que nadie echará de menos a Courtois y las bajas de Kroos y Llorente dan opciones de ser profeta en su tierra a Dani Ceballos al lado de Luka Modric, todo un Balón de Oro, y de Casemiro. Es verdad que la gripe mermó a Vinicius, la vitamina de un ataque sin Bale, Asensio y la duda de Mariano; pero también lo es que el míster merengue cuenta con el hambre de Brahim Díaz para avivar la apática calidad de Benzema e Isco y la opción de formar un tándem Carvajal-Odriozola en la derecha. El Madrid está mal, pero una bestia herida es más peligrosa que nunca. Que siga en crisis al menos un partido más. Por el bien de la historia que el Betis quiere contar hoy.
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