El análisis del Betis-Espanyol

Mezcla de fe y resistencia

Mezcla de fe y resistencia
Mezcla de fe y resistencia. - Isabel Morales
Isabel MoralesIsabel Morales2 min lectura
Apostó Setién por un once ultraofensivo con Lo Celso, Canales, Lainez, Loren... y preveía un arranque eléctrico, pero nada más lejos de lo que pasó. Cierto es que el 1-1 de la ida le favorecía ligeramente a los verdiblancos, que comenzaron algo encorsetados, atenazados quizás por la responsabilidad. Tampoco sufría. El Espanyol sólo generaba peligro, en un partido muy táctico y que se jugaba en pocos metros, a balón parado y alentado por las concesiones defensivas heliopolitanas, principalmente a la espalda de Francis. Así llegó el gol de Baptistao, que ya había avisado antes mandando al larguero otro balón.

Terminaba el Betis una primera mitad infructuosa, de control sin peligro y con el marcador en contra, obligado a remar a contracorriente. Pero, como suele pasar en los últimos encuentros, el Betis le dio la vuelta a la eliminatoria con una mezcla de desgaste al rival y fe superada la hora de partido.

La lesión de William Carvalho, curiosamente, supuso el punto de inflexión. Obligó a Setién a recomponer sus fichas, reubicando a Francis en el carril izquierdo, a Guardado por el centro y Joaquín por la derecha. Fue entonces cuando el Betis comenzó a carburar, a someter con su fútbol de toque a un Espanyol cada vez más cansado con una combinación perfecta de fe (creía en la remontada) y resistencia (llega a los minutos finales muy fresco). El portuense encontraba los espacios por dentro ante un Espanyol que comenzaba a hacer aguas. Lo Celso aprovechaba esos metros. El Betis desmadejaba la tela de araña de un Espanyol que ya en la prórroga y con uno menos entregó la cuchara.
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