El bajón generalizado del Betis en los últimos partidos lo encarnaba como pocos Giovani Lo Celso. Al argentino se le veía sin chispa y, por ende, sin el brillo de la primera mitad del curso. Pero el suramericano resurgió en el momento clave. Esos son los futbolistas de quilates, los que tiran del carro cuando peor se ponen las cosas y gritan: "Aquí estoy yo".
No podía el conjunto verdiblanco dejar pasar este nuevo tren a Europa y el rosarino lo montó en él a base de goles. No marcaba desde el pasado 21 de febrero, en la vuelta ante el Rennes. Pero ayer, en un choque decisivo, abrió la lata con un golazo, al picar el balón de forma sutil ante la salida de Asenjo, y deshizo el empate para hacer bueno el dominio heliopolitano al resolver con calidad en el área, sacándose un disparo con rosca que vale tres puntos de oro.
Dos acciones determinantes a las que sumó un repertorio completo de pases interiores, volviendo a ser ese 'canalla', como buen seguidor de Rosario Central, que sufren los rivales.
Fernando Mateos1 min lectura