Tras la debacle en el Nuevo San Mamés,
Pellegrini trata de buscar la solución para enderezar el rumbo de un Betis que sigue teniendo el gran lastre de su
debilidad defensiva. Se buscan explicaciones a la situación y, más allá de la ausencia de piezas clave como Canales o
Fekir, al que el técnico chileno podría recuperar ante el Eibar, también existe el convencimiento de que hay jugadores que están rindiendo por debajo de lo esperado.
La canción es recurrente en
Heliópolis. Cuando aterrizó, el propio Pellegrini aseguró haber visto muchos partidos del Betis y estar convencido de la calidad de la plantilla. Es una opinión compartida por muchos que Rubi no supo sacarle el pasado curso todo el jugo a un equipo repleto de buenos jugadores. Por ello,
se confió en mantener el bloque y desde el consejo que preside Ángel Haro se ha realizado un gran esfuerzo, descartando vender a sus estrellas -tampoco han llegado ofertas atractivas- y
sobrepasando de ese modo el nuevo y rebajado límite salarial impuesto por LaLiga, lo que obliga a vender en verano o a rebajar la masa salarial.
Por esos problemas económicos, precisamente,
la primera planificación de Antonio Cordón como director deportivo ha quedado claramente condicionada. Y lo cierto es que las caras nuevas tampoco están aportando ese nuevo empuje que el Betis necesitaba para cambiar su rostro. Sólo llegaron
cuatro fichajes a coste cero, más el regreso de los cedidos Sanabria y Aitor Ruibal (también Camarasa, pero se lesionó de gravedad) y
el ascenso al primer equipo de Paul.