Bajón

El español del entrenador chileno Manuel Pellegrini es económico, conciso, certero y descarnado en su ausencia de retóricas y, tras el lacerante 4-0 en Liga Europa ante el Bayer Leverkusen y el 3-0 liguero frente al Atlético de Madrid, ha diagnosticado de "bajón" el estado de sus futbolistas en vísperas del duelo del domingo ante el Sevilla en el Benito Villamarín.

Apenas cuatro días han bastado, los que van desde la noche del Metropolitano hasta la del BayArena, para que los ánimos en verdiblanco hayan cambiado para afrontar el partido del domingo, uno de los dos que le dan tono al año futbolero en la ciudad hispalense, aunque haya quien en vano intente restar importancia a estos duelos con lugares comunes tan poco convincentes como el de que 'son sólo tres puntos': las más de las veces son de sutura.

Precisamente porque son mucho más que tres puntos, los dos bandos en que se divide la ciudad tienen en cuenta, en la parte de Nervión, las secuelas del resultado en Liga de Campeones del Sevilla ante el Lille francés (1-2) y, en la de Heliópolis, las de las dos últimas derrotas y el hecho de haber cosechado siete goles en contra en dos partidos y no marcar ni uno.

Venían los de Pellegrini como un cohete, encaramados en las alturas de la clasificación liguera tras golear al Valencia en casa por 4-1, aunque la volatilidad y el carácter efímero de la gloria en fútbol, además del propio ADN bético, han hecho que los de Heliópolis pierdan gas y sumen dudas en dos choques antes del derbi con el eterno rival.

Objetivamente, el Betis está en quinta posición en la Liga con 21 puntos, a cuatro del líder, la Real Sociedad, y segundo del Grupo G de Liga Europa con siete tras la derrota en Leverkusen con dos partidos por delante ante el Ferencvaros húngaro y el Celtic de Glasgow para lograr el pase a octavos directamente o, en caso de ser segundo, jugar una eliminatoria de dieciseisavos, nada alarmante por tanto.

No obstante, el fútbol suele ser pendular en sus estados anímicos y el bético ha mutado en menos de una semana de la euforia a una cierta melancolía y pesimismo, lo que intentará restañar desde hoy mismo Manuel Pellegrini, con el tiempo justo para recomponer conceptos tácticos, insuflar moral y recuperar vigor psicológico y las piernas de sus jugadores.

La expedición bética, quien ha pasado la noche en tierras alemanas, tiene previsto llegar a Sevilla a mediodía de este viernes, recuperar y entrenar hoy y mañana y encarar la cita ante el Sevilla, a las 21.00 horas del próximo domingo en el Benito Villamarín.

El propio técnico chileno y pesos pesados del equipo se referían a esta necesidad de levantarse y recomponerse tras el correctivo ante el Bayer Leverkusen para afrontar el choque ante el Sevilla para "cambiar la dinámica" de los dos últimos partidos, en los que "no ha salido nada", como confesó el lateral diestro Héctor Bellerín.

En idéntica línea se expresó el central Marc Bartra, quien de "tres partidos complicados" -Atlético, Bayer y Sevilla-, hizo el descarnado balance de que los béticos se han "pegado" dos batacazos y que ahora esperan "sacar adelante el derbi para estar arriba en la Liga".

Compiló, como suele sin paños calientes, Pellegrini la situación de sus jugadores, el diagnóstico de su estado anímico y las soluciones que debe buscar de aquí al domingo para sacar adelante el bache de juego que les ha llevado a los dos últimos resultados.

"El equipo, gane o pierda, sabe que todo depende de tres balones", sobre todo cuando se "juega de visita contra rivales complicados y potentes", que en los dos últimos encuentros han "castigado" a un Betis cuyo "rendimiento ha bajado", por lo que abogó por "analizarlo para encontrar el motivo".

Por ello, el chileno mantuvo que "el equipo es consciente de la situación en la que se encuentra", que ha de hacer "una buena autocrítica" para "el domingo intentar cambiar la cara" tras analizar por qué han "caído en este bajón": descarnado y certero.

Carlos del Barco